Material copiado

Casi todo el material publicado en este blog, ha sido extraido de ANTORCHA órgano de comunicación del Partido Comunista de España (reconstituido). Otros que pertenecen a otras fuentes, son siempre bién señaladas.
Son trabajos con una estupenda elaboración y se trata de publicitarlos lo máximo posible en estos tiempos que corren.
Son imprescindibles.
No he podido pedir autorización para la publicación de los mismos, pero estoy seguro de que contaría con ella sin duda alguna.
Salud y República Popular.

domingo, 29 de abril de 2012

Woody Guthrie: La máquina de matar fascistas

Woodrow Wilson Guthrie, el gran cantautor nacido el 14 de julio de 1912 en Okemah, Oklahoma, es el cantante de música folklórica norteamericana más importante de la primera mitad del siglo XX.
Se unió con otros cantantes folk en los Almanac Singers o People’s Songs, colectivos de cantautores progresistas que apoyaban con sus baladas y recitales las reivindicaciones obreras, dando continuidad a la tradición de Joe Hill y los trovadores anarcosindicalistas.
De aspecto famélico, recorrió todo el inmenso país a bordo de interminables trenes de carga o cruzando polvorientas carreteras para acudir en apoyo de los obreros en huelga, de los campesinos hambrientos y de los manifestantes apaleados en las calles.
Su estilo es personal, con influencia de la música tradicional irlandesa y del blues negro. Dotado de una inspiración inagotable, su extenso repertorio abarca más de mil canciones que aún hoy forman parte de los mejores repertorios de música folk y de canción protesta. Sus baladas disparaban tanto contra la guerra imperialista y el desempleo, como sobre los huelgistas, los vagabundos, los perseguidos, los represaliados y los presos. Recuperó las historias de bandidos generosos y anarquistas asesinados, pero también cantó con su voz, su armónica y su guitarra, a los niños y a los viejos, a los montes boscosos y a las llanuras desérticas de su país.
Forjó un estilo combatiente de lealtad indesmayable hacia todas las luchas obreras, las huelgas, las protestas populares y el apoyo de su voz y su guitarra a la suerte de los obreros y de todos los antifascistas.
Las canciones de Guthrie llegaron a España de boca de los combatientes norteamericanos de la Brigada Abraham Lincoln, que generosamente vinieron a combatir al fascismo codo con codo, dando un ejemplo imborrable de internacionalismo y que luego fueron implacablemente perseguidos en su país por haber defendido la democracia. Nos trajeron inolvidables canciones, como Jarama Valley, y las nuestras se incorporaron al repertorio musical norteamericano. Todavía muchos grupos musicales de los países anglosajones cantan de memoria Ay Carmela o el Himno del V Regimiento, como si fueran canciones suyas de toda la vida. Con su música, con la nuestra y con la de las Brigadas Internacionales, incansable, Guthrie dio recitales por todo Estados Unidos con una pegatina en su guitarra con la frase: Esta máquina mata fascistas.
Compuso álbumes que eran verdaderos tratados monográficos sobre determinadas luchas populares. Así surgieron sus canciones sobre la construcción de las grandes presas de Bonneville y Grand Coule (Columbia ballads, 1937), sus Baladas de Sacco y Vanzzetti (1946) y, sobre todo, sus espléndidas Dust bowl balads (Baladas de la cuenca del polvo), donde narra la emigración de los empobrecidos campesinos de las praderas a California tras la crisis de 1929, incluyendo la irrepetible Tom Joad, una balada de siete minutos que resume las 500 páginas de la novela Las uvas de la ira de John Steinbeck:
Donde haya niños con hambre y llorando,
donde la gente no sea libre,
donde los hombres luchen por sus derechos,
allí estaré yo...
Una de sus canciones más conocidas es This land is your land (Esta tierra es tu tierra), que expresa ese sentimiento joven, abierto, inconformista y solidario con el que los emigrantes originarios de países muy lejanos se unieron en un mismo país, en su país:
Había una tapia muy alta que trató de detenerme
y colocado un letrero que decía Propiedad Privada.
Pero por la parte de atrás no ponía nada
porque esta tierra es tuya, esta tierra es mía.
Esta tierra fue hecha para tí y para mí.
Y en su canción El vigilante, escribió:
¿Por qué lleva el vigilante
una escopeta aserrada en la mano?
¿mataría a tiros a su hermana y a su hermano?
He vagabundeado de un pueblo a otro
y nos echaron como si fuéramos ganado.
¿Eran esos los vigilantes?
Woody Guthrie murió el 3 de octubre de 1967, tras doce años de covalecencia en un hospital a causa del mal de Huntington. En los años 60 muchos (Bob Dylan, Donovan, Gratefull Dead, Bruce Spreengsteen, John Mayall) intentaron copiar su música, pero muy pocos a su persona. No se dieron cuenta de que ambas cosas están unidas, que su estilo no hubiera llegado tan alto sin esas jornadas interminables en los trenes de mercancías polvorientos que le acercaban a los obreros en huelga.
Hoy la música popular norteamericana ha sido expoliada de todo el jugo político y de denuncia que Woody le imprimió. El pop fue posible porque Guthrie supo llegar a la gente con la música, hablándole de sus problemas, de sus esperanzas y de sus luchas. Pero las grandes estrellas de las giras y las multinacionales del CD han olvidado ya todo eso, e incluso le han dado la vuelta, apoyando al imperialismo. Cuando vemos a Bob Dylan promoviendo las agresiones del Pentágono, caemos en la cuenta de que en muy pocos años la música ha cerrado una circunferencia de 360 grados. Dicen que Guthrie influyó mucho en Dylan, pero no influyó nada. Guthrie estaría con su máquina de matar fascistas con el pueblo afgano, con los palestinos, con los irakíes... nunca con los marines. Lo dijo él mismo:
Mientras haya naufragios, desastres, tornados, huracanes,
linchamientos, precios altos y salarios bajos;
mientras existan policías uniformados
que combatan a los huelguistas,
las canciones y las baladas del pueblo seguirán adelante.
(Bound of glory)
La música pop actual no está influida por Guthrie: ha traicionado a Guthrie. Pero en él los grupos musicales y cantautores tienen un ejemplo para hacer del arte y la cultura una herramienta de combate contra el fascismo, contra la opresión y la guerra.

viernes, 27 de abril de 2012

Emiliano Zapata (1879-1919)

Emiliano Zapata Salazar nació en Anenecuilco, el 8 de agosto de 1879 en el seno de una familia de pequeños propietarios de tierras, pero ante su pobreza, la familia Zapata diversificó sus actividades, encaminándolas a la pequeña ganadería. De ese modo los animales les permitieron autonomía de la hacienda azucarera vecina.
Zapata siguió la educación primaría en la escuela de la aldea. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. El patrimonio que heredó fue reducido, pero suficiente para no tener que emplearse como peón en alguna de las ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco.
De 1902 a 1905, auxiliando al pueblo de Yautepec que tenía problemas con el hacendado Pablo Escandón, los acompañó a la ciudad de México, donde acudían ante las diferentes dependencias públicas para pedir se les hiciera justicia.
El 15 de abril de 1906, los habitantes de Anenecuilco enviaron un escrito al gobernador del estado planteándole sus problemas con las tierras, y éste convocó una reunión, a la que asistieron representantes del pueblo de Villa de Ayala y de Anenecuilco, entre los que se encontraba Emiliano Zapata.
En 1909 Zapata apoyó a Patricio Leyva en las elecciones para gobernador del estado, enfrentándose al hacendado Pablo Escandón, que ganó las elecciones.
El 12 de septiembre de ese año fue elegido en asamblea representante de su pueblo para seguir la lucha por la restitución de las tierras. Al terminar la misma, le hicieron entrega de los documentos de la comunidad.
En 1910 repartió las tierras del llano de Huajar, que los de Villa de Ayala ya iban a sembrar con el permiso de la hacienda del Hospital. A fines de año volvió a repartir tierras en Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
No participó de manera activa en la campaña presidencial de Francisco I. Madero, pero cuando éste promulgó el Plan de San Luis, en cuyo contenido se manifestaba la restitución de tierras a las comunidades campesinas despojadas, inmediatamente se aprestó a apoyarlo.
Participó en una reunión secreta para elegir a un representante que se entrevistara con Madero y le pidiera instrucciones sobre los pasos a seguir. A su regreso trajo las instrucciones de nombrar a Patricio Leyva líder del movimiento insurreccional.
Se alzaron en armas el 10 de marzo de 1911 en Villa de Ayala, y formaron la primera guerrilla con 70 hombres. Días más tarde tomaron Jojutla.
El 29 de marzo asumió el mando de las fuerzas maderistas y tomó Axochiapan, luego asaltó la hacienda de Chinameca, tomó Jonacatepec, sitió Cuautla, entonces defendida por lo más selecto del ejército porfirista.
Siete días más tarde, Porfirio Díaz se embarcaba en Veracruz en el Ipiranga para dirigirse a Europa y el 27 de mayo Zapata entró con 5.000 hombres en Cuernavaca.
El 2 de junio y el gobierno federal designó un gobernador provisional del estado sin que Zapata estuviera de acuerdo. Esto hizo que el día 6 se trasladara a la ciudad de México con los principales jefes guerrilleros para entrevistarse con Madero.
Se inicia así el largo debate de la revolución, sobre dos ejes fundamentales: los hacendados querían desarmar a toda costa a la guerrilla y ésta quería las tierras para los campesinos. Además se negociaba también el nombramiento del gobernador del estado y el control sobre la policía, que Zapata exigía que se reclutara entre las fuerzas guerrilleras. En esas negociaciones, Madero tuvo que viajar varias veces a Morelos a entrevistarse con los dirigentes guerrilleros y, a la inverso, también acudió Zapata varias veces a Ciudad de México para lo mismo.
Los hacendados comenzaron una campaña de intoxicación en la prensa en contra de Zapata, a quien hacían aparecer como un bandido a quien había que exterminar. Mientras Zapata desmovilizaba sus tropas y entregaba 3.500 armas, en la ciudad de México le lanzaban acusaciones de haberse levantado nuevamente en armas.
El 9 de agosto el presidente Francisco León de la Barra dió instrucciones al general Victoriano Huerta para que marchara al estado y terminara por la fuerza con el desarme de las tropas zapatistas porque no debían tratar con bandidos. La movilización que se inició el 19 de agosto. Zapata le dijo entonces a Madero que con las mismas armas que lo elevaron, lo derrocarían. Madero trató de contemporizar y Zapata le dijo que mientras se siga desarmando a los elementos revolucionarios y se les dé apoyo a las fuerzas federales, la revolución y usted mismo están en peligro. Claro vemos que cada día se entrega usted más en manos de los enemigos de la revolución.
Zapata concentró sus tropas en Villa de Ayala y lanzó un Manifiesto al Pueblo de Morelos, donde exponía la gravedad del problema. Como respuesta a este desafío, el 29 de agosto el presidente León de la Barra celebró un Consejo de Ministros donde se acordó que Victoriano Huerta activara la persecución de Zapata hasta lograr su exterminio.
Huerta ocupó con sus fuerzas la plaza de Cuautla el 31 de agosto; el 12 de septiembre atacó la hacienda de Chinameca, donde se encontraba Zapata, que logró escapar.
Entonces pasó a la ofensiva y sus fuerzas ocuparon Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo en el valle de México, y avanzaron sobre Milpa Alta.
La ofensiva causó alarma en la ciudad de México, y la Cámara de Diputados los consideró de importancia nacional.
En octubre se logró la firma del Plan de Ayala y, el 30 de abril del siguiente año Zapata lanzó la primera reivindicación agraria en el pueblo de Ixcamilpa, Puebla.
En enero de 1912, Madero nombró al General Juvencio Robles jefe de la campaña, que incendió y devastó el estado.
Después del asesinato de Madero, tras el golpe de Estado que instaló a Huerta en el poder, Zapata ordenó batir a las fuerzas golpistas.
Por su parte, Huerta emprendió una campaña en el sur para tratar de destruir a las fuerzas revolucionarias.
Emiliano Zapata lanzó otro manifiesto a la nación el 20 de octubre, donde justificaba su actitud rebelde y hacía un llamamiento a todos los mexicanos para que se unieran a la Revolución.
Las fuerzas zapatistas tomaron Chiautla, en el estado de Puebla; casi todo Guerrero, incluyendo Chilpancingo; todo Morelos con su capital, Cuernavaca; parte de Hidalgo incluyendo Pachuca; parte del Estado de México y el sur del Distrito Federal.
El 14 de julio de 1914 los revolucionarios se reunieron en San Pablo Oxtotepec, ratificaron el Plan de Ayala, nombraron a Zapata dirigente de la revolución y pidieron que el Plan Ayala fuera incluido en la nueva Constitución.
Huerta fracasó en su plan para aplastar a la revolución. El 15 de julio renunció y algo después subió al poder el general Venustiano Carranza quien, después de ocupar la ciudad de México el 14 de agosto, declaró que tenía 60 mil rifles para combatir a Zapata y que no permitiría su entrada en la capital porque era un bandido. Se negó a acatar el Plan Ayala y anifestó que la paz sólo se hacía con la sumisión incondicional de las fuerzas zapatistas a las constitucionalistas, y que los hacendados tenían sus derechos sancionados por las leyes y no era posible quitarles sus propiedades para darlas a quien no tenía derecho.
Zapata lanzó otro manifiesto Al Pueblo Mexicano, donde reiteró que la Revolución no se había hecho para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurarse un pedazo de tierra que habría de proporcionarle alimento.
Carranza convocó a una Convención en la Cámara de Diputados de la ciudad de México el 1 de octubre de 1914, pero se suspendió para que participaran en ella los zapatistas y villistas.
Los revolucionarios designaron una comisión para que asistiera a la Convención en Aguascalientes, con instrucciones precisas de luchar hasta conseguir que la asamblea hiciera suyos los principios sostenidos por el Ejército Libertador del Sur y lograron que la Convención hiciera suyos los postulados del Plan de Ayala.
El 30 de octubre la Convención acordó el cese de Carranza como Primer jefe, designando a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de la República. El 24 de noviembre por la noche se apoderaron de la capital de la República las fuerzas del Ejército Libertador del Sur, al mando del General Antonio Barona, obligando al General Obregón a abandonarla.
El 4 de diciembre se reunieron por primera vez los generales Emiliano Zapata y Pancho Villa en Xochimilco, Distrito Federal, donde suscribieron un pacto por el cual se comprometieron a luchar juntos en contra de Carranza, y desfilaron por las principales calles de la capital, al frente del Ejército Libertador del Sur y de la División del Norte, respectivamente.
Para cumplir lo dispuesto en los artículos 6 y 7 del Plan de Ayala, Zapata creó las primeras Comisiones Agrarias; estableció el Crédito Agrícola; fundó la Caja Rural de Préstamos que funcionó con éxito en el estado de Morelos durante 1915 y 1916; y reorganizó la industria azucarera.
El 22 de octubre de 1915 el gobierno de la Convención promulgó una Ley Agraria.
El General Zapata lanzó un Manifiesto al Pueblo Mexicano, en Quilamula el 10 de julio de 1916, donde hacía responsable a Carranza de la Expedición Punitiva y llamaba a la unidad nacional para acabar con los traidores. En 1917, el ejército agrarista finalmente logró expulsar a las tropas carrancistas de los estados de Morelos y Guerrero, donde continuó trabajando por la implantación de los postulados del Plan de Ayala.
El 20 de abril lanzó otro Manifiesto al Pueblo, donde señaló los errores del gobierno carrancista y exhortó a los revolucionarios y a los mexicanos en general a unirse a su movimiento. El 20 de mayo lanzó otro manifiesto donde decía que la caída del gobierno carrancista era una exigencia; reafirmaba la liberación de la tierra y, la emancipación del campesino, sin capataces ni amos. Calificó a los soldados carrancistas de aventureros sin escrúpulos ni conciencia, de no hombres sino furiosos adversarios sin bandera ni principios, que tenían como programa el pillaje y como ideales el saqueo y el botín.
El 18 de agosto de 1918, los carrancistas se apoderaron nuevamente de las plazas principales del estado. Las actividades militares en forma de guerrillas se redoblaron y gracias a eso los carrancistas no pudieron expulsar al jefe de la revolución agraria, quien trasladó su cuartel general a las estribaciones del Popocatépetl.
En ese año, el movimiento zapatista atravesó por graves circunstancias; no solo tuvo que enfrentar a las tropas constitucionalistas, sino que se suscitaron algunas divisiones y deserciones. Algunos aceptaron la amnistía que les ofrecía el gobierno, e incluso llegaron a enfrentarse a sus ex compañeros de lucha. El zapatismo perdió terreno, posiciones y hombres.
A pesar de su notoria debilidad, seguía siendo uno de los principales problemas del gobierno de Carranza. El mayor desafío de Emiliano Zapata al régimen carrancista la constituyó su carta abierta del 17 de marzo de 1919, en la que acusaba públicamente al Presidente de ser la causa de todos los males que sufría el país.
El 10 de abril de 1919 asesinaron a Zapata pero la revolución no cejaba y, si bien muchos hombres dejaron las armas, otros como Gildardo Magaña hicieron público su afán de consumar los ideales por los que tantos años habían luchado y vengar la muerte de Zapata.
El movimiento agrario morelense no fue finiquitado por la desaparición de su dirigente y se mantuvo en rebeldía hasta 1920, en que estableció una alianza con la facción revolucionaria obregonista, que triunfó en la rebelión de Agua Prieta.
El actual EZLN no sólo no ha seguido el ejemplo del gran revolucionario mexicano, sino que ha tratado de prostituir su memoria, y atraerse a los campesinos pobres de Chiapas para sus sucios manejos.

miércoles, 25 de abril de 2012

Olga Bancic: heroina rumana antifascista

Esta vez nos hacemos eco de esta biografía que no pertenece a ANTORCHA, PCE(r). Pero que nos llena de orgullo como las demás.
Fué recogida del blog: Un vallekano en Rumanía

Olga Bancic: heroina rumana antifascista

Olga Bancic (Golda), nacio un 10 mai 1912 en Chişinău, entonces parte del Imperio Ruso, y que poco despues, en 1917, se convertiría en capital de la República Soviética de Moldavia, experiencia corta pero que marcaría su caracter revolucionario. Así, Olga Balcic fue desde muy joven comunista, y seguiría siéndolo en Francia, donde se convertiria en una heroina a la que todavia se la homenajea en el pais occidental por su contribución en la lucha en la Resistencia Francesa.

Estuvo casada los últimos años de su vida con el también escritor comunista rumano, Alexandru Jar, que luchó en las Brigadas Internacionales en España contra las tropas de Hitler, Mussolini y Franco, y que luego también formaria parte de los maquis franceses.

Olga era de familia muy pobre, y a los 12 años (en 1924) fue arrestada por primera vez en la entonces Chisinau rumana, por participar en una huelga en la fabrica de colchones en la cual trabajaba. A pesar de su edad, fue encerrada y maltratada. Seria arrestada por lo menos diez veces por sus actividades clandestinas y a favor del movimiento obrero, y termina trasladándose a Bucarest.

En la capital rumana será militante activa
Placa en Paris en recuerdo a partisanos del Grupo
Manochian: entre ellos Olga Balcic y el español
Celestino Alfonso, teniente del Ejercito Republicano
desde 1933 de las organizaciones obreras locales y del Partido Comunista. Alli se casará con el citado Alexandru Jar. En la capital de Rumania vivirá en la calle que hoy sigue llevando su nombre, aunque, como se verá, la placa que recordaba su lucha antifascista hoy haya desaparecido.

En 1938, y tras ser detenida varias veces, la persecucion de la policia rumana hace que se traslade junto a su marido a España para formar parte de las Brigadas Internacionales, aunque el proximo final de la Guerra hace que se mantengan en Paris como parte de los grupos de apoyo. Alli, Olga Bancic se destacará por formar parte de los grupos de transporte de armas al otro lado de la frontera francesa, para apoyar al ejercito republicano español. Despues su marido, que combatió los ultimos meses de la guerra en España, en el Ejercito Popular, contra las tropas fascistas, se convertirá en un lider importante de la Resistencia Francesa, creada por el Partido Comunista Francés, donde formaron parte miles de combatientes republicanos españoles y miembros de las Brigadas Internacionales, mientras ella formará parte de los grupos partisanos.

En 1939 nace en Francia su hija, a la que llamaran Dolores, en honor a La Pasionaria, la lider comunista española Dolores Ibarruri. Olga se convertirá en una de las mas activos luchadores antifascistas de la REsistencia. Uno de los miembros de este movimiento comunista, Arsene  Tchakarian, dice de ella que: “Su nombre en la clandestinidad era Pierretta, no sabiamos que se llamaba Olga, ni que era judia, ni que estaba casada con Alexandru Jar, importante responsable entonces del F.T.P.-M.O.I. (Francotiradores y Partisanos de la Mano de Obra inmigrante), ni siquiera que tenia una hija escondida en el pais. “Pierrette” tenia la responsabilidad principal de transportar armas, pero también de luchar a nuestro lado. Las mujeres que hacian el transporte de armas cumplian una mision mucho mas peligrosa que los luchaban con ellas en la mano, pues ellas no tenian como defenderse. Nuestros luchadores de la Resistencia atacaban las sedes de la Gestapo, sus comandancias, luchaban, disparaban, y despues tiraban las armas y huian. Las mujeres de confianza las recuperaban y las traian de nuevo. Era una de las mas peligrosas misiones".

Artículo de L´humanité en recuerdo de la heroina rumana
Olga transportaba armas y municiones a los partisanos de la Resistencia, repartia folletos antifascistas y participó en numerosas luchas y actividades de sabotaje contra los ocupantes nazis y sus complices franceses. Al final se integró en el grupo de maquis de la resistencia dirigido por Manouchian. Cuando podia, iba a visitar a su hija Dolores, que ya tenia dos años, y vivia en la casa de una familia campesina simpatizante de la Resistencia.

Si hubiera sobrevivido habria sido con seguridad uno de los personajes politicos mas importantes de la Francia postbelica o de la Rumania Socialista. Se habia convertido en la imagen de la Resistencia Francesa. Hablaba cinco idiomas y sus principios politicos eran firmes, algo dificil de entender en la actualidad, donde todo se compra y todo se vende.

Las acciones represivas de la Gestapo contra el movimiento comunista se intensificaron despues de que Olga Bancic y sus camaradas consiguieran acabar con la vida del general de las SS Julius Richtter, el jefe de la Comandancia alemana para los Campos de Trabajo. En 1943, y debido a una traicion, todo el grupo de Manouchian es detenido.

El proceso del grupo Manouchian tuvo lugar el 19 febrero de 1944, siendo todos condenados a muerte.  23 partisanos (entre ellos el español "Alfonso") fueron ejecutados en la carcel de Mont Valerien, en las afueras de Paris. Olga  Bancic fue condenada a ser decapitada en la guillotina aunque es trasladada a Alemania, a Stuttgart, pues en Francia no era legal la ejecución de mujeres. El 10 de mayo de 1944, el mismo dia de su nacimiento, con 32 años, es decapitada, sorprendiendo a todos ante su ejecucion con la misma actitud de digna y valiente, resistiendo los golpes y las brutales torturas, sin decir nada de lo que sabia a los alemanes. No ha llorado ni ha perdido perdon a nadie. El unico ruego que hizo al comandante de la carcel donde murio fue que entregara una carta, que habia escrito el dia anterior, a su hija, y que decia asi:

Mi pequeña hija amada, pequeña mia!
Tu mama te escribe su ultima carta, pequeña mia! Mañana a las 6, en el 1
0 de mayo, dejaré de existir. Amor mio, no llores, porque tu mama no ha llorado tampoco. Muero con la consciencia firme y con todo el convencimiento de que mañana tendrás una vida y un futuro mas feliz del que tuvo tu madre. No debes sufrir. Ten orgullo de tu madre, pequeña mia, cariño. Tengo siempre frente a mis ojos tu imagen. Creo que verás pronto a tu padre, y tengo esperanza de que él tendrá un futuro diferente al mio. Dile que pensé siempre en él como en ti. Os amo con todas mis fuerzas. Los dos me sois muy queridos. Mi querida hija, tu padre, es para ti, tambien una madre. Te ama mucho. No vas a sentir mi ausencia. Mi querida hija, termino la carta con la esperanza de que vas a ser feliz toda la vida con tu padre, con todo el mundo. Te beso con todo mi corazón, mucho, mucho, mucho.
Adios mi amor.
Tu mama, Olga
".

En Francia, en el muro del edificio de la 19, rue au Maire, 3ème, Paris, existe una placa en recuerdo de los miembros del FTP/MOI, entre los que aparece el nombre de Olga Bancic. En Rumania existió desde los años 50 una placa en la calle donde Olga y su marido vivieron en Bucarest, y que llevó su nombre hasta 1995. En la placa escribía lo siguiente:

"Olga Bancic, 10 de mayo 1912-10 de mayo 1944. Luchadora antifascista de Rumania decapitada por los nazis en Stuttgart. Su vida, su lucha y su muerte heroica empujá hoy el trabajo del pueblo rumano por el camino dle progreso".

Tras el asesinato del presidente de Rumania, Nicolae Ceausescu, en diciembre de 1989, y el triunfo de la Contrarrevolución capitalista, los mismos herederos del fascismo que destruyeron las conquistas sociales y economicas que habian alcanzado los trabajadores rumanos durante mas de cuarenta años, arrancaron la placa en honor de Olga Bancic de la pared donde se encontraba y la destruyeron a escondidas.

Y es que si hay algo que hiere a los fascistas (con mascara democratica) que hoy gobiernan Rumania y toda Europa es el recuerdo de aquellos que una vez les derrotaron.

Placa que recordaba en Bucarest a la luchadora antifascista Olga Bancic
Hueco que queda tras la Contrarrevolución de diciembre de 1989, perpetrada
por los mismos contra los que lucharon heroes como Olga

lunes, 23 de abril de 2012

Ernesto Che Guevara (1928-1967) - ( y II )

Sumario: 

  Los que se graduaron junto al Che

Los que se graduaron junto al Che

Sería injusto no recordar, junto al Che, a aquellos que siguiendo su ejemplo, también lo dieron todo en la lucha por la revolución socialista en Bolivia.
Fueron 18 los bolivianos que formaron parte de la guerrilla del Che, la mayor parte militantes del Partido Comunista Boliviano o de la Juventud Comunista, y otros provenientes de una escisión maoísta del anterior, el Partido Comunista Marxista-Leninista.
Otros tres eran peruanos.
Roberto Coco Peredo Leigue nació en Cochabamba el 23 de mayo de 1938 y a los trece años comenzó ya a militar en el Partido Comunista recién constituido. A los dieciséis años, en compañía de su hermano mayor Inti y de Rodolfo Saldaña, fue encarcelado por primera vez acusado de propaganda clandestina. Su corta edad le vale una orden de liberación pero la rehúsó y se quedó en la cárcel hasta la liberación de sus compañeros.
Después de la detención, los dos hermanos salen para la zona minera de Tipuani donde permanecen durante dos años.
En 1956, es detenido de nuevo en Cochabamba cuando transporta una ametralladora de mano oculta en una maleta. Lo someten a brutales torturas pero no dice ni una sola palabra.
A su liberación, vuelve para El Beni donde se dedica al transporte de ganado a través de las corrientes fluviales y a la caza de caimanes en el río Mamore antes de regresar a La Paz. Trabaja en una librería primero y después como chofer de alquiler. Se casa y tres hijos nacen de esa unión. Es electo dos veces miembro del Comité Regional del PCB en La Paz.
En 1963, Coco Peredo colabora con el Ejército de Liberación Nacional peruano y, un año más tarde, con su hermano Inti, Rodolfo Saldaña y Jorge Vázquez Viaña, entre otros, coopera en la formación del Ejército Guerrillero del Pueblo de Jorge Ricardo Masetti en Argentina. Allí conoce al cubano José María Martínez Tamayo.
Convencido de la necesidad de la lucha armada, Coco Peredo forma parte del grupo de militantes comunistas que le pide a su Partido ser enviados a Cuba a recibir entrenamiento militar. Forma parte a principios del 66 del primer grupo que acude allí y debate con sus compañeros del proyecto guerrillero continental del que Bolivia es la base.
Coco Peredo fue el segundo jefe en la operación de la toma de Samaipata por los guerrilleros del Che y cayó en combate el 26 de septiembre de 1967, en la emboscada del Valle del Batán.
Guido Alvaro Inti Peredo Leigue nació en 1937 en Cochabamba y entró muy joven a militar en las filas del Partido Comunista boliviano, siendo encarcelado varias veces. Fue elegido miembro del Comité Central en enero de 1962.
En agosto de 1962 viajó a la Unión Soviética a seguir un curso político, regresando en mayo del siguiente año.
En septiembre se casó con una hija de Rodolfo Saldaña, uno de los fundadores del Partido Comunista, con la que tuvo dos hijos, y se fueron a vivir a La Paz.
Lo mismo que su hermano, colaboró con el movimiento guerrillero de Salta en 1963 y 1964.
Luego formó parte del segundo grupo de bolivianos que se entrenaron en Cuba en 1966 y se unió a la guerrilla del Che el 27 de noviembre de ese mismo año. La impresión que le causó el Che se le perpetuó en la mente: Me golpearon varias reacciones: turbación por el respeto que le tenía (y mantendré siempre), emoción profunda, orgullo de estrecharle la mano, y una satisfacción difícil de describir al saber con absoluta seguridad que en ese momento me convertía en uno de los soldados del ejército que dirigía el más famoso comandante guerrillero [...[ Al poco rato, Pombo me entregó una carabina M-2 (mi primera arma) y el equipo de combatiente. Sin embargo, esa anoche comenzó mi vida de revolucionario verdadero.
Fue designado comisario político en compañía del cubano Eliseo Reyes. Vió morir ante sus ojos al primer guerrillero, a un joven de físico muy débil, quien, al cabo de hacer un brusco movimiento, cayó en las aguas turbulentas del Río Grande. Inmediatamente, Rolando se zambulló tratando de salvarlo, pero era demasiado tarde. Después, otro guerrillero boliviano (Carlos) desapareció en las aguas turbias del río.
A pesar de estos incidentes, los guerrilleros prosiguieron la marcha, hasta que una mañana de marzo, apenas escucharon fuertes chapoteos en el río, se apostaron con sus armas para tender un cerco a los soldados. De pronto se desató un tiroteo intermitente. Al cesar el fuego, los guerrilleros tenían en su poder siete muertos, seis heridos, once prisioneros y algunos oficiales que hablaron todo cuando sabían.
El 10 de abril, los guerrilleros libraron dos combates en un día. Uno después de desdibujarse los primeros matices del alba y, otro, antes de palidecer los últimos rayos del ocaso; dos enfrentamientos en los cuales desarmaron al ejército, y ocasión en la que fue hecho prisionero el mayor Rubén Sánchez, quien, según relata el Inti, se comportó con altura y dignidad. Cumplió con admirable decisión el compromiso que contrajo con la guerrilla y salvó la vida de Régis Debray.
El 8 de mayo, a la altura del río Ñancahuazú, los guerrilleros tendieron una nueva emboscada a una tropa dirigida por un subteniente, que se aproximó hacia los fusiles camuflados en la maleza. Cuando un soldado detectó a los guerrilleros, el subteniente disparó atolondrado contra toda sombra que se movía en derredor. Los guerrilleros, parapetados en la cruzada, contestaron con fuego graneado, derribándolo en el acto. El subteniente se incorporó a ciegas, a tientas, dio un giro y echó a correr en dirección al río, con una bala alojada en el cuerpo. Seguidamente, otro tiro lo desplomó con un ruido sordo. Al revisar sus bolsillos, encontraron una carta en la que su esposa le pedía una cabellera de guerrillero para adornar el living de la casa.
Considerado como el jefe de los bolivianos, Inti Peredo fue uno de los 6 supervivientes de la quebrada de El Yuro el 8 de octubre. Romper el cerco tendido por el enemigo, les costó la vida del Ñato, quien, a poco de evadirse en una loma, fue alcanzado por una bala que lo tendió boca abajo. Los otros seguían corriendo más allá de sus perseguidores, oyendo voces a lo lejos. Pero después, sólo el eco de sus propios pasos. Al caer la noche, envueltos por el rumor de la naturaleza, los seis fugitivos rompieron el cerco. A partir de entonces avanzaron sólo en la oscuridad, convencidos de que la noche era la compañera del guerrillero. Caminaron por zonas inexploradas, aprendiendo otra vez a sobrevivir en condiciones difíciles. Días y noches sin comer ni dormir, soportando el peso de la mochila, ascendiendo por colinas para luego descender rodando como ovillos, arrastrándose entre los hierbajos del monte, viendo sobrevolar helicópteros encima de los árboles, escurriéndose de sus perseguidores por quebradas de riscos filudos y empinados, cruzando arroyos y caminos abruptos.
Inti y Urbano fueron los primeros en salir del laberinto de la montaña al asfalto de la ciudad. La guerrilla y jugó un papel fundamental en la operación de rescate de los tres cubanos supervivientes. Su diario publicado bajo el nombre de Mi campaña con el Che esclarece los sucesos de la guerrilla y la traición revisionista.
Hace el juramento de seguir la lucha armada, firma el manifiesto Volveremos a la montaña y se propuso reorganizar el Ejército de Liberación Nacional.
Dos años más tarde, víctima de una delación, Inti fue detectado por los esbirros del gobierno en una casa de seguridad. El Ministerio del Interior recibió órdenes terminantes del Servicio de Inteligencia Militar para asesinarlo. En la madrugada del 9 de septiembre de 1969, un grupo de fuerzas combinadas rodeó la casa donde se refugiaba el prófugo. Acto seguido, los asaltantes abrieron fuego desde todos los ángulos. En el interior de la habitación, Inti intentó defenderse con un revólver que se le encasquilló. Entonces quiso lanzar una granada, pero una bala impactó en su brazo. El explosivo chocó contra el umbral de la puerta y estalló en el cuarto. Inti cayó gravemente herido, arrinconado entre los vidrios que volaron por doquier, en manos de sus verdugos, quienes, sin dejar transcurrir mucho tiempo, lo trasladaron a las dependencias del Ministerio del Interior, donde le partieron el cráneo a culatazos.
Francisco Huanca Flores, Pablo o Pablito era el más joven y se enroló directamente en la guerrilla. Nacido en Challapa, departamento de Oruro, el Che le encargó cuidar a los heridos y luego participó en el primer combate en el Yuro, donde destacó por su disciplina y valentía. Cayó en el combate de Cajones el 12 de octubre.
Benjamín Coronado Córdova, nacido en 1941 en Potosí, maestro, era militante de las Juventudes comunstas y participó en un cursillo de entrenamiento guerrillero en Cuba. Se unió a la guerrilla el 21 de enero de 1967 y fue el primer caido de la guerrilla, muriendo ahogado en el Río Grande el 26 de febrero. No pudo ser salvado a pesar de los esfuerzos de sus compañeros cubanos.
Lorgio Vaca Marchetti, Carlos, nacido en 1935 en Santa Cruz de la Sierra murió también ahogado el 16 de marzo. Miembro de la Juventud y del Partido Comunista, dirigió el sindicato de Trabajadores del Seguro Social. En 1963 empezó a estudiar Ciencias políticas en Cuba con una beca del gobierno. En 1965 su esposa se reúne con él en compañía de su hijo de tres años. Cuando Lorgio regresa a Bolivia para incorporarse a la guerrilla el 11 de diciembre de 1966, está embarazada de cuatro meses y su hijo se llamará Lorgio. El 17 de marzo, el Che apunta en su Diario: Hasta ese momento, era considerado el mejor hombre de los bolivianos en la retaguardia, por su seriedad, disciplina y entusiasmo.
Jaime Arana Campero, Chapaco, nacido en 1938 en Tarija, en el sur de Bolivia. cursó también estudios universitarios en Cuba. Había sido activo en el movimiento estudiantil boliviano y dirigente del Movimiento Nacional Revolucionario en La Paz. Llegó a estudiar a Cuba en 1963 y obtuvo su diploma de ingeniero hidráulico en la Universidad de La Habana. Se unió a la guerrilla del Che en marzo del 67 y es asignado al grupo del centro, directamente al mando del Che. A pesar de su agotamiento, rehúsa abandonar la guerrilla. Cayó después de la muerte del Che en el combate de Cajones, el 12 de octubre de 1967.
Mario Gutiérrez Ardaya, Julio, nació en 1939, en Trinidad capital del departamento de El Beni, en el seno de una familia pobre, a pesar de lo cual terminó sus estudios secundarios y entró en la Universidad en 1957. Militante de la Juventud Comunista Boliviana, desde un principio ocupó cargos de responsabilidad en la Confederación Universitaria Boliviana en su región y después en la Universidad Mayor de San Andrés en la capital. En 1958 fue elegido secretario general de su organización en el transcurso del segundo Congreso Nacional de Dirigentes Universitarios. Tuvo que abandonar sus estudios en 1960 para ayudar a su familia y retornar a su ciudad natal, donde fue inmediatamente elegido dirigente sindical.
Luego decidió terminar sus estudios de medicina en Cuba donde recibió además entrenamiento militar. Se reunió con la guerrilla en marzo de 1967 y cayó en la emboscada del valle del Batán al tratar de salvar a su jefe, el cubano Manuel Hernández Osorio.
Al comentar el hecho, el Che señala en su Diario: La pérdida más sensible es la de Coco, pero Miguel y Julio eran magníficos luchadores y el valor humano de los tres es imponderable. En su valoración del joven boliviano agrega: Brilló como combatiente ejemplar, sobre todo por su calor humano y su entusiasmo contagioso. Otra gran pérdida de un futuro gran cuadro revolucionario.
Freddy Maymura Hurtado, Médico o Ernesto, nació en 1941 en el departamento de El Beni. Militante de la Juventud Comunista Boliviana, inició sus estudios de medicina en Cuba en 1962 con una beca del gobierno y se unió a la guerrilla el 27 de noviembre de 1966. El 25 de marzo, después de concluir 48 días de marcha extenuante entabló el primer combate con los mercenarios formando parte de la retaguardia. Fue herido en la emboscada del Vado de Puerto Mauricio y capturado. A pesar de los golpes rehúsa identificar los cuerpos de sus compañeros y los soldados piensan que era cubano, ordenándole gritar: ¡Viva Bolivia!, lo que hace. Pero al exigirle que gritará: Viva el ejército contesta con un taco. Fue martirizado a tal punto que su cuerpo apenas se podía identificar en las fotos.
Aniceto Reinaga Gordillo, nacido en 1940 en el distrito de Siglo XX, hijo de mineros, pese a lo cual logró estudiar en la Escuela Normal en La Paz. Miembro de la dirección nacional de la Juventud Comunista Boliviana marchó luego a estudiar a Cuba, uniéndose a la guerrilla en enero de 1967. Se le atribuye la responsabilidad de dar clases de quechua a los guerrilleros. Participa en la toma de Samaipata el 6 de julio en compañía de otros cinco combatientes y el 8 de octubre de 1967 el Che lo manda con Julio Luis Méndez Korne a relevar a Leonardo Tamayo y Harry Villegas que habían tomado posiciones en las alturas de la Quebrada del Yuro. En el camino hacia esa posición es descubierto por el ejército y cae combatiendo. El Che señala en sus evaluaciones: Muy bueno, empeñoso, entusiasta, valiente, de alta moral.
Antonio Jiménez Tardío, Pedro o Pan divino, nació en 1941 en Tarata, en el departamento de Cochabamba. Fue dirigente de la Juventud Comunista y cursó estudios universitarios en Cuba antes de unirse a la guerrilla, el 31 de diciembre de 1966. Estuvo entre los expulsados de la dirección de la Juventud Comunista en febrero de 1967 después de su negativa a abandonar la guerrilla. Miembro de la retaguardia, cae en una emboscada el 9 de agosto en los montes Iñao.
Liorgio Vázquez Viaña, Bigotes, nacido en 1939 en La Paz, era miembro suplente del Comité Central del PCB. Colaboró en el apoyo logístico al movimiento guerrillero de Argentina. A solicitud del PCB, recibió entrenamiento militar en Cuba en el mismo grupo que el Secretario General, Mario Monje. Es uno de los cuadros comunistas designado para organizar los preparativos de la guerrilla y llegó a Ñancahuazu el mismo día que él. Enlace, miembro de los grupos de exploración y combatiente, cae preso del ejército. Viendo que rehúsa hablar a pesar de las torturas, es asesinado y su cuerpo tirado desde un helicóptero del ejército en plena selva boliviana.
Casildo Condori Vargas, Víctor, nació en 1941, en Coro-Coro, departamento de La Paz, en un distrito minero. Milita desde muy joven en el Partido Comunista del cual se separa tras la revolución cultural para formar parte del Partido Comunista Marxista-Leninista. En la guerrilla, forma parte del grupo de la retaguardia y cae en la emboscada de Peñón Colorado el 2 de junio de 1967.
Serapio Aquino Tudela, nació en 1951 en Viacha, departamento de La Paz, en el seno de una familia extremadamente pobre. Militante del Partido Comunista, con sólo 15 años se incorporó a la guerrilla en Ñancahuazú el 19 de diciembre de 1966 para trabajar en principio en la finca que les servía de tapadera. Pero las circunstancias le obligaron a transformarse en combatiente de la retaguardia, muriendo en el Cañadón del Río Iquira el 9 de julio de 1967, no vacilando en poner su vida en peligro para avisar a sus compañeros que unos soldados se están acercando.
Raúl Quispaya Choque, nació en 1939 en la ciudad de Oruro, trabajando, cursando a la vez estudios universitarios y participando en las luchas estudiantiles, en las que comprende la necesidad de organizarse, afiliándose a la Juventud Comunista Boliviana en el seno de la cual conoce a dos de los futuros guerrilleros, Simeón Cuba y Moisés Guevara, con los que se integró en la escisión maoísta de Partido Comunista. Dirigió un grupo de estudiantes armados que se enfrentó al golpe de estado del general Barrientos y se unió a la guerrilla en el grupo de Moisés Guevara en febrero de 1967, formando parte de la vanguardia. Cayó el 30 de julio en el combate en las márgenes del Río Rosita.
Apolinar Aquino Quispe, Polo, nació en 1935 en Viacha, en el departamento de La Paz. Obrero, dirigente sindical y militante del Partido Comunista, trabajó primero desde diciembre de 1966 como peón en la finca de Ñancahuazú que debía servir de base a la guerrilla. Poco a poco, se incorporó al grupo de combatientes y fue asignado a la retaguardia.
Walter Arencibia Ayala, nació en 1941 en Macha, departamento de Potosí. A la vuelta del servicio militar tuvo que dejar sus estudios para ayudar a su familia y empezó a trabajar en la mina Siglo XX, donde dirigió un movimiento de solidaridad con la revolución cubana. Se afilió a la Juventud Comunista, por lo que fue expulsado de su trabajo durante la represión desatada contra los mineros en 1965. Luego viajó a la URSS a estudiar en la escuela de cuadros de la Juventud y regresó en 1966, uniéndose a la guerrilla el 21 de enero de 1967 y participando ya en el primer combate.
Moisés Guevara Rodríguez, nació en 1939 en Huanuni, departamento de Oruro. Era un dirigente sindical reconocido por los mineros de Huanuni. Fundó el Partido Comunista en Cataricahua y fue por ello encarcelado en 1963. Se escindió del Partido Comunista y formó el Partido Comunista Marxista-Leninista, con el que también rompió, integrándose en la guerrilla junto con algunos de sus camaradas que lo siguieron.
La selección efectuada por Moisés Guevara para llevar hombres a la guerrilla, con el fin de cumplir la promesa que había hecho de aportar un grupo de veinte combatientes, fue precipitada y poco analítica.
Los dos desertores, Vicente Rocabado Terrazas y Pastor Barrera Quintana dieron información sobre los guerrilleros y el campamento central. Uno de ellos había sido policía de la dictadura antes de ser expulsado por problemas de corrupción y se infiltró en el grupo de Moisés Guevara, quien lo aceptó sin previa investigación.
Permanecieron en el campamento principal del 14 de febrero al 11 de marzo de 1967, por lo que no vieron al Che. Después de su deserción, informaron al ejército, confirmando la presencia de guerrilleros cubanos y bolivianos, diciendo que procedían de varias organizaciones políticas e ilustrándoles también sobre los efectivos presentes en el campamento central y los que se encontraban en operaciones de exploración.
Moisés mostró coraje y determinación hasta su muerte en combate. Primero formó parte del centro a las órdenes del Che y luego pasó a la retaguardia.
Simeón Cuba Sarabia, Willy, nació en 1932 en el departamento de Cochabamba. Dirigente de los mineros del estaño en Huanuni, ocupó el cargo de secretario de milicias y secretario de organización del sindicato de la mina, desempeñando también de numerosas actividades sociales a favor de las familias de los mineros. Después del golpe de estado de Barrientos, los propietarios de la mina le dan 24 horas para irse. Militante del Partido Comunista Boliviano, Simeón Cuba se separa de sus filas para ingresar en el Partido Comunista Marxista-Leninista, favorable a la lucha armada. Cuando exige la puesta en práctica de esa línea, es expulsado en compañía de Moisés Guevara, que es quien lo lleva a la guerrilla en marzo del 67. Cuando el Che es herido en la Quebrada del Yuro, trata de ayudarlo a huir, pero al ver que es imposible, decide quedarse con él y el ejército los apresa juntos. Simeón Cuba es asesinado el 9 de octubre junto a su Comandante. Su hijo vive en Cuba.
Julio Luis Méndez Korne, Ñato, nació en 1937, en el departamento de El Beni. Miembro del Partido Comunista, se relaciona con guerrilleros latinoamericanos cuando ayuda los miembros supervivientes del ELNP (Ejército de Liberación Nacional de Perú) a huir a través de Bolivia. Por esa razón es uno de los cuadros seleccionados para tomar parte en la organización de la guerrilla boliviana y el PCB lo manda a Cuba para seguir un curso de entrenamiento militar. Pertenece a la guerrilla desde el principio y está encargado del abastecimiento en víveres y armas. Forma parte del grupo del Che -el centro- y su conocimiento de la selva es muy útil a los guerrilleros. Es el último de los bolivianos que cae en la guerrilla: herido el 15 de noviembre de 1967, durante el último combate, una bala le alcanza la columna vertebral y le inmoviliza. Ruega a sus compañeros que no lo dejen caer en poder de los militares cuyos métodos conoce bien.
David Adriazola Veizaga, Darío, nació en 1939 en el departamento de Oruro. Junto con Inti Peredo es el segundo de los sobrevivientes bolivianos de la guerrilla. Nacido en el seno de una familia campesina, es miembro del PCB. Después de 1967, vive en la clandestinidad en La Paz con el propósito de participar en la reorganización de la guerrilla. Víctima de una delación, es asesinado el 31 de diciembre de 1969 en la capital boliviana.

Los guerrilleros peruanos

Juan Pablo Chang Navarro-Levano, El Chino, nació en 1930. Comienza su actividad política como dirigente estudiantil en la Universidad de San Marcos, en Perú, dentro de la juventud aprista. Su combatividad frente a la dictadura de Odria, le hace conocer la cárcel. Es deportado hacia la Argentina en 1948 y expulsado de este país por su participación en manifestaciones estudiantiles. Regresa clandestinamente a Perú y, dejando las ideas del APRA, se orienta hacia el comunismo. Arrestado de nuevo y encarcelado en Lima hasta la mitad de 1953, se exilia en México donde estudia antropología en la Universidad. Conoce al Che y a varios cubanos que preparan la expedición del Granma.
Juan Pablo Chang tiene que irse de México y se refugia en Francia en 1955. Estudia psicología en la Sorbona y hace una multitud de pequeños trabajos para sobrevivir. Aprovecha una amnistía general para regresar a Perú en 1956 y vuelve a la Universidad, esta vez para estudiar Economía. Participa en la creación del Frente de los estudiantes y entra en el Comité Central del Partido Comunista Peruano. Cuando el vicepresidente norteamericano visita a Perú y pretende entrar en el recinto universitario, es recibido por manifestaciones de repulsa por el estudiantado y Juan Pablo Chang es encarcelado de nuevo.
Cuando sale de la prisión hace periodismo y participa en luchas sindicales. Cae preso dos veces. Obtiene su liberación de una colonia penitenciaria enclavada en plena selva después de una huelga de hambre. El Chino trata de lograr la unión de todas las fuerzas revolucionarias a favor de una guerra de guerrillas. Forma parte en 1963 del Ejército de Liberación Nacional Peruano (ELNP) que se repliega hacia la selva boliviana y vive clandestinamente dos años en La Paz. A principios del 66, participa en la Conferencia Tricontinental de La Habana. Coincidiendo con la idea del Che de diseminar las guerrillas a partir de Bolivia, propone mandar hombres para entrenarse en la guerrilla en territorio boliviano. El primer combate lo sorprende cuando efectúa una visita al Che para planificar esa operación y decide quedarse.
Participa en la toma de Samaipata. Hecho prisionero en el combate de la Quebrada del Yuro, es asesinado el mismo día y en el mismo lugar que el Che y Simón Cuba.
Lucio Edilberto Galván Hildago, Eustaquio, nació en 1937 en Huancayo, Perú, en el seno de una familia campesina pobre, pero logró hacer estudios de técnico de radio. Miembre del ELNP hasta su desmantelamiento, se unió a Juan Pablo Chang y con él llega a la guerrilla boliviana formando parte de la columna del centro. Además de combatiente es el radiotécnico de la guerrilla. Cae en el combate de Cajones el 12 de octubre de 1967.
Restituto José Cabrera Flores, Médico o Negro, nació en 1931 en El Callao, Perú. Estudia medicina en Buenos Aires y trabajó como especialista en medicina interna y cardiología en Santiago de Cuba. Miembro del grupo de Juan Pablo Chang, se unió a la guerrilla boliviana con el propósito de completar su formación militar para reemprender la lucha armada en su país. Trabajó al principio como médico, pero el 17 de abril se tuvo que quedar con los enfermos en el grupo de la retaguardia. Logró sobrevivir a la emboscada del Vado de Puerto Mauricio. Al ver herida a Tania, quiere salvarla y se deja arrastrar por la corriente. Sale a la orilla arrastrando el cuerpo de la guerrillera. Verifica que está muerta, abandona el cadáver y vaga por los senderos, hasta que lo encuentran por el rastreo de los perros tres días después. El médico es asesinado por el sanitario de la patrulla que lo capturó.

Los guerrilleros cubanos

Jesús Suárez Gayol, Félix, El Rubio, empezó su actividad militante muy joven, participando en la campaña para la liberación de los asaltantes al cuartel Moncada. Al ser liberados, se entrevista con Fidel Castro y le ofrece el apoyo de los estudiantes de bachillerato de Camagüey. Asume la jefatura de las Brigadas Juveniles del Movimiento 26 de Julio en su ciudad y posteriormente en toda Cuba, razón por la cual no forma parte de la expedición del Granma. Le detienen y es encarcelado durante un mes al día siguiente del ataque al Palacio Presidencial. Tiene que pasar a la clandestinidad.
Luego marcha a México para sumarse a una expedición que se preparaba. El 9 de abril de 1958, vuelve a territorio cubano y le asignan la jefatura de acción y sabotaje del M 26-7 en la provincia de Pinar del Río. Recibe graves quemaduras durante una operación y tiene que ocultarse dos meses. Llega a la provincia de las Villas y pide su incorporación a la columna del Che.
Dadas sus heridas, el Che no lo acepta como combatiente sino que lo manda con la graduación de teniente como instructor al campamento de El Pedrero. Sin embargo, participa en numerosos combates en el centro del país y, por su coraje, el Che lo asciende a capitán.
Tras el 1 de enero de 1959, ocupa el cargo de viceministro del Azúcar cuando el Che lo llama para que lo acompañe a Bolivia. Tiene entonces 31 años.
Cae en combate el 10 de abril de 1967. Es el primero de los cubanos. Dos diás después, el Che apunta en su Diario: A las 6:30 reuní a todos los combatientes menos a los 4 de la resaca para hacer una pequeña recordación de El Rubio y significar que la primera sangre derramada fue cubana.
Eliseo Reyes Rodríguez, capitán San Luis (Rolando), nació en abril de 1940, en la zona rural de San Luis, en plena Sierra Maestra. Organizó en 1953 la impresión clandestina de octavillas de apoyo al asalto al cuartel Moncada. En 1957 entró en contacto con el Che en el campamento del Hombrito. Su juventud y su apariencia frágil atraen el cariño de sus compañeros que empiezan a llamarlo San Luis.
Unos días después de su llegada a la guerrilla, se propone como voluntario para una misión de sabotaje de la zafra azucarera en el llano que dura dos meses. Posteriormente le encargan delicadas misiones de enlace y participa en numerosos combates. Forma parte de la columna de invasión y en el Escambray recibe sus graduación de capitán.
Después de la revolución, ocupa diversos cargos militares y participa en la fundación del Ministerio del Interior. En 1965, es elegido para integrar el Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Es nombrado Jefe de la Dirección Provincial del Ministerio del Interior en la provincia de Pinar del Río.
Es el segundo cubano que cae en combate. El mismo día de su muerte, el Che apunta en su Diario: Hemos perdido el mejor hombre de la guerrilla, y naturalmente, uno de sus pilares, compañero mío desde que, siendo casi un niño, fue mensajero de la columna 4, hasta la invasión y esta nueva aventura revolucionaria; de su muerte oscura sólo cabe decir, para un hipotético futuro que pudiera cristalizar: ‘Tu cadáver pequeño de capitán valiente ha extendido en lo inmenso su metálica forma’.
Carlos Coello, Tuma o Tumaini, nació en 1940 cerca de Manzanillo. En 1956 se unió al Movimiento 26 de Julio en esa zona del este de Cuba donde los revolucionarios son muy activos. Ingresó en las filas de la guerrilla en noviembre de 1957 y participó en numerosos combates del Ejército Rebelde, la mayoría de ellos bajo el mando del Che.
Fue escolta del Che tras la revolución y, como tal, lo acompaña en todos sus viajes. Lo acompaña en el Congo donde el Che le pone el nombre de guerra de Tuma o Tumaini.
Luego fue a Bolivia con Harry Villegas, Pombo, para preparar la guerrilla.
Fue un viejo compañero del Che, quizá la muerte más sentida por éste. Sus apuntes en su Diario el 26 de junio lo atestiguan: Día negro para mi... Con él se me fue un compañero inseparable de todos los últimos años, de una fidelidad a toda prueba y cuya ausencia siento desde ahora, casi como la de un hijo. Al caer pidió que se me entregara el reloj, y como no lo hicieron para atenderlo, se lo quitó y se lo dio a Arturo. Ese gesto revela la voluntad de que fuera entregado al hijo que no conoció, como había hecho yo con los relojes de los compañeros muertos anteriormente. Lo llevaré toda la guerra.
El 8 de octubre, cuando el Che es apresado en el Valle del Yuro, llevaba dos relojes, uno de ellos el de Tuma.
Manuel Hernández Osorio, Miguel, nació el 17 de marzo de 1931 en Jiguaní, una pequeña localidad del este de Cuba.
Fundó el Movimiento 26 de Julio en la mina donde trabajaba antes de incorporarse a la guerrilla en mayo de 1957. Participó en numerosos combates decisivos y pasó bajo el mando del Che, que lo eligió para formar parte de la columna de la invasión, lo ascendió al grado de capitán y le dio la dirección de la vanguardia. Participó en los combates de Güinia de Miranda y de Banao, en el ataque a Manacas y Fomento. Herido en este último, estaba en un hospital cuando triunfó la Revolución.
Después de la llegada de los revolucionarios al poder, ocupó varios puestos militares y participó en la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos. Luego estudió en la escuela de oficiales de Matanzas. En febrero de 1966 fue ascendido al grado de capitán.
En Bolivia, el 27 de marzo de 1967, el Che lo designa jefe de la columna de vanguardia. Cayó poco antes que el Che, el 26 de septiembre, junto a Coco Peredo y otro combatiente boliviano en el Valle del Batán. Al dia siguiente el Che anota en su Diario: La pérdida más sensible es la de Coco, pero Miguel y Julio eran magníficos luchadores y el valor humano de los tres es imponderable.
Orlando Pantoja Tamayo, Antonio, nació en 1933 en Maffo, en el extremo este de Cuba. Tuvo una infancia muy difícil: tercer hijo de una familia de siete, huérfano de padre, comenzó a trabajar a los 11 años para ayudar a su madre, y asistió sólo cuatro años a la escuela primaria. Trabaja de día, y de noche para pagarse un curso privado. Lo recuerdan por su carácter afable.
Menos de cuatro meses después del golpe de Estado de Batista, se une a las filas de Acción Libertadora. Miembro del Partido Ortodoxo, se siente más conmovido aún por el asalto al Cuartel Moncada, ya que uno de los jóvenes, Gregorio Careaga, es asesinado en su pueblo. Olo -como lo llama cariñosamente su familia- jura con otros compañeros mantener flores en su tumba, lo que cumple hasta su salida para la guerrilla.
Después de entrar en contacto con el Movimiento 26 de Julio, ocupa varias responsabilidades, incluso la de jefe de acción y sabotaje en su región. Es encarcelado varias veces y el Movimiento decide que debe irse para la Sierra Maestra. Se une al Ejército Rebelde el 21 de octubre de 1957, bajo las ordenes de Che Guevara y lo acompaña en distintos combates.
Forma parte de un pequeño destacamento que marcha al frente de las tropas de la invasión, mostrando un gran coraje y una gran disciplina. Es herido durante la toma de Fomento.
Después del triunfo de la Revolución es nombrado Jefe del Regimiento 3 de Las Villas y en junio de 1959, lo llaman a formar parte de las fuerzas que fundan el Ministerio del Interior.
Cayó el 8 de octubre de 1967 junto al Che, en su último combate.
Antonio Sánchez Díaz, Marcos, nació en 1927 en Pinar del Río. En 1957 vendió todas sus herramientas de carpintero para lanzarse desde su provincia natal, en el extremo oeste del país, hacia la Sierra Maestra, en busca de Fidel Castro y la guerrilla. Después de la primera sorpresa que causa su llegada, le confían una ametralladora que usa durante un año y el apelativo de Pinares.
Se destaca en los combates y es designado jefe de la retaguardia de la columna del Comandante Camilo Cienfuegos durante la invasión. Antonio Sánchez Díaz, participa en Yaguajay en una de las batallas más importantes del fin de la guerra.
El 4 de enero de 1959, es promovido al grado de comandante que, agregado a su apodo, lo transforma en el Comandante Pinares. Ocupa diversos cargos militares antes de pasar por la escuela de oficiales de Matanzas y asumir la dirección de la base militar de San Julián, en su provincia natal.
En 1962, es Jefe de la División de Camagüey y al año siguiente, Jefe de la región militar de Isla de Pinos.
En octubre de 1965 figura en la lista del Comité Central del Partido Comunista de Cuba que se acaba de fundar.
Acompaña al Che en Bolivia donde es adscrito a la columna de la retaguardia que comanda Joaquín. Cae el 2 de junio de 1967, a lado de un compañero boliviano en un choque con el ejército.
Gustavo Machín Hoed de Beche, Alejandro, nació en La Habana donde fue miembro activo del movimiento estudiantil en contra de Batista. Dirigente del Directorio Revolucionario, participó en la creación del frente guerrillero abierto por esa organización en el macizo del Escambray.
Luego formó parte de la tropa del Che que liberó Santa Clara. Después del triunfo de la Revolución, ocupó el cargo de viceministro de Industria. Se unió a la guerrilla en Bolivia el 11 de diciembre de 1966. El Che lo nombró jefe de las operaciones.
Juan Vitalio Acuña Nuñez, Vilo, Joaquín, nació en plena Sierra Maestra en 1925.
En abril de 1957 decidió unirse al Ejército Rebelde y entró en contacto con el grupo de Fidel Castro en cinco días. Después del combate del Uvero, se ofreció con el Che para cargar a los compañeros heridos. Se destacó en la resistencia a la ofensiva de la dictadura. Primero fue oficial de la columna del Che para pasar después a Jefe de la retaguardia del Tercer Frente. Dirigió la toma de Palma Soriano el 22 de diciembre de 1958. Recibió su graduación de comandante directamente por orden de Fidel Castro, a quien el 8 de enero de 1959, acompañó cuando entró triunfalmente en La Habana.
Estudió en la escuela de oficiales de Matanzas y en la escuela superior de guerra. A partir de marzo de 1959 fue Jefe de una compañía de blindados.
Es un hombre feliz, su alegría de vivir es contagiosa y alivia cualquier situación por deprimente que sea. Canta canciones campesinas y es él que, por la mañana, se levanta primero y pasa de hamaca en hamaca para despertar a los demás. No hay una foto de él en la cual no esté sonriendo. Cuando lo seleccionan para combatir en Bolivia estaba muy gordo y tuvo que someterse a una dieta rigurosa para adelgazar. Es consciente además de que su edad es una gran desventaja y estudia de noche durante los duros entrenamientos.
Cayó en la emboscada del Vado de Puerto Mauricio, el 31 de agosto de 1967, cuando entró el último de la fila de combatientes en el Río Grande. Al separarse en Bolivia las dos columnas, que no lograron comunicarse, durante varios días el Che se rehusaba a creer en el aniquilamiento de la columna de Joaquín.
Israel Reyes Sayas, Braulio, nació en 1933 y se unió a la guerrilla en Sierra Maestra en 1957 en las filas de la columna al mando de Raúl Castro. Participó en la creación del Segundo Frente Oriental Frank País y, tras la revolución, permaneció en las fuerzas armadas como escolta de Raúl Castro y enlace del estado mayor del Ejército Occidental.
En abril de 1965 marchó con el Che hacia el Congo. El 27 de noviembre de 1966 se unió a la guerrilla en Bolivia y fue nombrado segundo jefe de la retaguardia.
Alberto Fernández Montes de Oca, Pachungo, Pacho, nació en 1933 y fue también un combatiente precoz. Tenía apenas 17 años cuando entró en la lucha contra la dictadura de Batista en Santiago de Cuba donde su padre tiene un restaurante. Trabaja cursando la primaria. Ingresa en la Escuela Normal para Maestros y allí conoce a Frank País y José Tey. Cuando se gradúa de maestro, no obtiene plaza en ninguna escuela pública -lo que era corriente en aquella época- e inicia estudios de periodismo pero tiene que abandonarlos como consecuencia de sus actividades insurreccionales. Debe salir para el exilio a principios de 1956.
Después de vivir un año en Estados Unidos, se dirige a México para entrar en contacto con el Movimiento 26 de Julio y participa en una expedición fracasada que se termina con su detención por la policía mexicana. A finales de 1957, el M 26-7 le encomienda una misión en Cuba y a su llegada, se entera del asesinato de su hermano Orlando por los esbirros de la dictadura en Santiago de Cuba. Realiza su misión en la ciudad de Santa Clara y, a finales de noviembre de 1957, se reúne con las fuerzas del Che en el Escambray.
Desde el primer combate, muestra un gran coraje, desafiando las balas, convence hablándoles a los soldados de un cuartel de rendirse. A la cabeza de un pelotón de jóvenes recién reclutados, participa en la batalla de Santa Clara con el Che y sigue bajo sus ordenes en la fortaleza de la Cabaña. Se estaban confeccionando los carnets del Ejército Rebelde y le preguntaron que grado tenía. Alberto Fernández Montes de Oca contesto: soldado y el Che intervino para decir póngale capitán.
En 1959 es designado administrador de un central azucarero y después director del Azúcar en la provincia de Las Villas. En marzo de 1961 es nombrado director de empresa en Pinar del Río y en 1963, Jefe de la Empresa de la Minería hasta su partida para Bolivia donde llega junto al Che.
Ocupa un puesto en la retaguardia.
Octavio de la Concepción de la Pedraja, Moro Goro, nació en 1935 cerca de La Habana, llega a las filas de la guerrilla en Cuba en el momento que cursa su tercer año de Medicina y su llegada a principios de septiembre de 1958 es una excelente noticia tanto para los combatientes del Segundo Frente Oriental Frank País como para la población campesina de la zona.
Hasta ese mometo, ha participado en todas las protestas estudiantiles mientras estuvo abierta la Universidad. Después de su cierre, regresa a su pueblo y se incorpora a las filas del Movimiento 26 de Julio.
A mediados de 1958, establece contacto con el doctor Machado Ventura quien había sido su profesor y por entonces, era jefe de la sanidad en el Segundo Frente Oriental Frank País.
Octavio de la Concepción de la Pedraja pone en práctica los principios del médico guerrillero en las filas del Ejército Rebelde: trabaja como ayudante en las intervenciones importantes, como cirujano en cirugía menor, y es humano a tal punto -dice un de sus colegas- que parece estar atendiendo a seres queridos. Además es un combatiente valiente y lo demuestra entre otras ocasiones, en la toma de Sagua de Tánamo.
Al triunfo de la Revolución -terminó la guerra como teniente- es nombrado Jefe de la Sanidad militar en Guantánamo, una de las regiones más pobres y atrasadas del país. Ocupa después distintos puestos a escala nacional, en particular en el sector de la protección materno-infantil. El Comandante Machado Ventura, nombrado ministro de Salud Pública le ofrece la posibilidad de terminar sus estudios. Después trabaja como médico en Baracoa, en la punta este de Cuba.
Entre agosto y diciembre de 1965, cumple una primera misión en el extranjero y es ascendido a primer teniente.
Se incorpora a la guerrilla del Che en diciembre de 1966 como médico y combatiente. Pasa gravemente enfermo los dos últimos meses de la guerrilla y el Che le encomienda el cuidado de los guerrilleros en condiciones más difíciles. Cae al lado de sus tres compañeros cuando el ejército boliviano descubre el pequeño grupo el 12 de octubre de 1967.

sábado, 21 de abril de 2012

Ernesto Che Guevara (1928-1967) - ( I )

Sumario:
--  Un niño asmático
--  Hacia Sierra Maestra 
--  Ejemplo imborrable de honestidad y entrega 
--  Internacionalista de primera línea
--  La traición revisionista 
--  Guerrilla en el corazón de Latinoamérica 
--  La venganza guerrillera 
--  Los que se graduaron junto al Che
 Este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionarios, el escalón más alto de la especie humana, pero también nos permite graduarnos de hombres; los que no puedan alcanzar ninguno de estos dos estadios deben decirlo y dejar la lucha.
Che: Diario de Bolivia, 1967 

Un niño asmático

Ernesto Guevara nació en Rosario (Argentina) el 14 de mayo de 1928, hijo de un acomodado arquitecto, Rafael Ernesto Guevara Lynch, y Celia de la Serna y de la Llosa. Era el mayor de cinco hermanos. Por su marcado acento argentino y el empleo continuo de esta interjección derivada del guaraní, se le conoció como El Che. Su madre fue una ardiente luchadora que falleció de cáncer en Buenos Aires el 18 de mayo de 1967, poco antes de su hijo. A consecuencia de un accidente, padeció asma desde su infancia, lo que obligó a sus padres a continuos cambios de residencia en busca de climas más benévolos, hasta instalarse en la ciudad de Alta Gracia, cerca a Córdoba.
El 29 de diciembre de 1951, realizó junto a su amigo Alberto Granados uno de sus sueños: partir de viaje por el continente suramericano en una motocicleta, con un interés arqueológico y profesional. La moto en la que viajaban ambos amigos se acabó rompiendo y, para continuar, tuvieron que trabajar como transportadores de mercancías, hombreadores de bolsas, marineros, polizontes, médicos y hasta de fregadores de platos. Conoce a la gente de pueblo y sus miserias. Atiende un hospital para leprosos cerca a Iquitos, en la frontera con Colombia. El Che entendía que la solidaridad sitúa al médico en función de servicio al pueblo, obligándole a mejorar las condiciones sanitarias de las masas oprimidas.
Realizó estudios de Reforma Agraria, explotación y subdesarrollo, convirtiéndose en un observador atento del fenómeno latinoamericano. Comprendió la miseria, la explotación obrera y minera, el atraso de los campesinos, de los indios, a los cuales se contrapone el lujo de los explotadores, de los saqueadores, que engañan a las masas.
Viajó también a Colombia pero fue deportado a Venezuela el 14 de julio de 1952.
Regresa a Buenos Aires en agosto de 1952 y se enfrasca una vez más en los estudios de la carrera de Medicina. Aprueba 14 asignaturas en seis meses, que le permiten obtener el título de Doctor en Medicina y Cirugía el 11 de abril de 1953 en la Universidad Nacional de Buenos Aires y tituló como Médico Dermatólogo.
El 7 de julio de 1953 se despide otra vez de su familia en la Estación Retiro del Ferrocarril Central de Buenos Aires. Inicia su segundo viaje por los países de Sur y Centro América, esta vez en compañía de Carlos Ferrer. En pocos días arriba a la Paz, capital de Bolivia. Se encuentra con el ascenso al poder del Movimiento Nacionalista Revolucionario que llevó a aquel país un despertar de cambios sociales. Su estancia allí fue muy significativa en su formación revolucionaria. Se decretó la Reforma Agraria, viéndose envuelto por los gritos revolucionarios de un pueblo que acababa de derribar a la oligarquía nacional. Ésta fue, acaso, la primera escuela donde el Che aprendió a respirar la pólvora de la revolución. Catorce años después volvería a combatir por la libertad en este mismo territorio.
En diciembre de 1953 llega a Guatemala para colaborar con la Agencia de la Reforma Agraria de Jacobo Arbenz. Allí conoce a Hilda Gadea Ontalia, con quien se casaría luego cerca de ciudad de México, el 18 de agosto de 1955, siendo apadrinado por Raúl Castro. Hilda, era una exiliada del Partido Aprista Peruano, con el que rompió para ingresar en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. El Che nunca había militado en partidos políticos en su país y fue ella quien inició al Che en la lectura sistemática de teoría política y lo orientó hacia el comunismo. Hilda tuvo una hija con el Che, pero ambos se divorciaron posteriormente.
Al ser derrocado Jacobo Arbenz por los imperialistas el 27 de junio de 1954, el Che tuvo que refugiarse durante dos meses en la embajada de su país.
De allí viajó a México como Reportero Gráfico del Servicio Latinoamericano de Noticias, donde conoció a Fidel Castro en agosto de 1955, comprometiéndose con él en el proyecto de liberar a Cuba del régimen de Batista.
El Che realizó en México investigaciones médicas en el Laboratorio del Instituto Nacional de Cardiología como empleado del Hospital General, y como profesor de la Universidad Nacional.
El Che y los hermanos Castro se entrenaron juntos cerca de la ciudad de México en una Escuela Clandestina de Guerrilla dirigida por el general Alberto Bayo, que había luchado durante la guerra civil española con el grado de coronel del Ejército Republicano.
En 1956 fue detenido y permaneció durante 57 días en la cárcel de Miguel Schultz, al ser denunciadas las actividades en el centro de entrenamiento de los guerrilleros.

Hacia Sierra Maestra

Desde México parten 82 guerrilleros a bordo del yate Granma el 25 de noviembre de 1956 y, 48 horas más tarde, desembarcan en Cuba a pesar del bombardeo de un avión de la marina. El 5 de diciembre fueron de nuevo localizados y atacados por aire y tierra. El Che es herido levemente en el pecho y en el cuello. Los 17 hombres que sobreviven se internan en Sierra Maestra y únicamente 12 se reúnen después de interminables sufrimientos en el punto convenido previamente. El 17 de enero de 1957 el Che mantiene su primer combate, donde se distingue por su audacia y su valentía. Luego, en todas las acciones demostró el mismo temple, el mismo carácter tenaz y porfiado, siempre al frente de sus hombres, compartiendo sus mismas privaciones.
Los guerrilleros lograron reunir con los campesinos una fuerza superior a los 500 hombres que, en mayo de 1958, después de 70 días de lucha, derrotan a 10.000 soldados sostenidos por la aviación, la artillería y la marina. Asediados y perseguidos, pero aplicando siempre la táctica guerrillera, recorren 300 kilómetros entre fangales, arrozales, cañaverales y ríos desbordados, hasta llegar al centro de la isla en septiembre de 1958. A medida que avanzan, los guerrilleros inician una tarea política que logra afianzarlos entre las masas.
La guerrilla supo también combinarse con el movimiento de masas. A fines de 1958 estalló una huelga general que dio la punilla al régimen de Batista el último día de 1958: los guerrilleros entraron triunfantes en La Habana.
La revolución inició la Reforma Agraria, predicada por el Che como la base de la industrialización del país. Se inició igualmente la diversificación del comercio exterior, la elevación del nivel de vida del pueblo para alcanzar la liberación de la economía nacional. Se procedió también a la recuperación de importantes intereses extranjeros y, sobre todo, se erradicó el analfabetismo: un millón de cubanos aprendieron a leer y escribir gracias a la revolución.
El 4 de julio de 1959 el Che se casó de nuevo con Aleyda March de la Torre, maestra de escuela a quien había conocido en la lucha clandestina y con la que tuvo cuatro hijos.
Fue nombrado Presidente del Banco Nacional el 26 de noviembre de 1959 y su firma menuda pero ascendente sobre los billetes de banco la estampaba sencillamente como Che: Si la ‘libre empresa’ consiste en que algunos aprovechados gocen del dinero completo de la nación -dijo entonces- este gobierno está contra la ‘libre empresa’.
El 23 de febrero de 1961 es nombrado Ministro de Industria y, poco después, el 7 de octubre, Jefe del Instituto de Reforma Agraria.
En otros continentes los países neocoloniales iniciaron entonces distintos movimientos de liberación lo cual lleva al Che a preocuparse por esta nueva situación y viajar al extranjero: Egipto, Japón, Indonesia, Ceilán, Paquistán, Checoslovaquia, Unión Soviética, China Popular, Sudán, Marruecos, Yugoslavia, Corea del norte, Alemania oriental...

Ejemplo imborrable de honestidad y entrega

Cuando el ataque a Playa Girón, el Che dirigió las fuerzas que repelieron el desembarco de 1.500 mercenarios imperialistas después de tres días de combates. También durante la crisis de octubre a noviembre de 1962 con la instalación de proyectiles soviéticos para la protección de Cuba, asumió el mando de una región militar.
Devoraba la poesía del chileno Pablo Neruda y la literatura marxista, distinguiéndose, además, por su extraordinaria cultura en historia, filosofía, sicología y arte. Escribía también sin descanso con un estilo personal e interesante, en forma clara y sencilla para que el pueblo recogiera sus experiencias y sus enseñanzas recopiladas en obras como: Pasajes de la Guerra Revolucionaria, Guerra de Guerrillas, Artículos Teóricos sobre la construcción del socialismo y su Diario de Bolivia.
Mantenía estrecho contacto con los centros de trabajo. Los visitaba, conversaba con los obreros, campesinos y estudiantes. Analizaba con ellos los problemas que se les pudieran presentar; iba a las minas a trabajar con los mineros, o a los cañaverales a participar en la zafra, o se dirigía a las construcciones o centros de educación sin formalismos de ninguna clase. Los domingos marchaba a los muelles a charlar con los estibadores portuarios.
Dejó instaladas muchas fábricas y Comunas de Trabajo. Seguía la política del ejemplo y, extrayendo de la acción la teoría, puso en marcha una verdadera pedagogía revolucionaria llegando directamente a lo más hondo: al corazón de las masas de obreros y campesinos, que aún recuerdan cada una de sus palabras con gran emoción y lágrimas en los ojos.
No gustaba de honores personales, jamás aceptó privilegio material alguno y atacó siempre el burocratismo. Todas estas cualidades singulares de su vida son un ejemplo a seguir para todos los militantes revolucionarios. En una carta a sus hijos les decía: Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Internacionalista de primera línea

Era requerido en toda delegación y para muchas conferencias, entrevistas y reuniones internacionales. Representó a Cuba en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo, celebrada en Ginebra en marzo de 1964. También estuvo en la Organización de las Naciones Unidas como portavoz extraordinario del Tercer Mundo. Asistió como representante de Cuba a la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas, en diciembre de 1964. En su discurso el 24 de febrero de 1965 en el Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática, reunido en Argel, criticó duramente a la Unión Soviética. Fidel montó en cólera porque hablaba como delegado de Cuba y los soviéticos se enfurecieron aún más por el contenido del discurso.
Tras regresar de Argel el 14 de marzo de 1965, renunció a todos sus cargos públicos e incluso a la ciudadanía cubana. No podía permanecer sentado en un sillón y, secretamente, comienza a preparar un nuevo movimiento guerrillero.
En principio este nuevo movimiento contaba con una cierta forma de apoyo por parte de la Unión Soviética. Aunque los revisionistas ya habían caído en la claudicación, pretendían utilizar a los movimientos guerrilleros como instrumento de presión para sus propios intereses, para negociar con Estados Unidos, aún a costa de traicionar luego a los combatientes y abandonarlos a su suerte.
El relanzamiento de la guerrilla en Latinoamérica interesaba también a Cuba, ya que dispersaba las fuerzas de Estados Unidos e impedía que se concentraran en el bloqueo a la isla. En aquellos momentos aún no era absoluta la sintonía de los revolucionarios cubanos con los soviéticos. El Che ya había tenido divergencias con ellos en la forma de construcción del socialismo y no se sentía cómodo con los técnicos que enviaban.
El Che salió de La Habana el 25 de abril de 1965 y durante seis meses dirigió la formación de las fuerzas guerrilleras en el Congo al lado de Gastón Soumialot, Pierre Mulele y Laurent Kabila. Su misión era formar cuerpos de guerrillas para el Consejo Nacional de la Revolución del Congo, que luchaba contra Moisés Tshombé, pelele del imperialismo.
El Che no era congoleño ni tampoco había nacido en Cuba, pero su limpia conciencia no le permitía soportar los crímenes imperialistas, no importa el lugar donde se cometieran: el proletariado no tiene patria, había dejado escrito Marx. Por eso su nombre es apreciado con cariño y respeto por tantos pueblos del mundo. Su figura es gigante, uno de los puntos focales del espíritu revolucionario de todos los pueblos. Acudió donde le reclamaba su deber, ejemplo auténtico de internacionalismo proletario, convirtiéndose, junto a Mao Zedong y Giap, en el estandarte más conocido de la lucha guerrillera. Esta significación profunda del internacionalismo del Che llama a la unidad de los pueblos contra el imperialismo, para lo cual consideraba imprescindible dividir al imperialismo desatando la revolución por todas partes. Su consigna fue siempre Crear uno, dos, tres... mil Vietnam, siguiendo la consigna que Mao tomó de la guerra civil española para combatir a los imperialistas japoneses: Crear uno, dos, tres... mil Madrid.

La traición revisionista

El objetivo era prender la llama revolucionaria en Latinoamérica. Los Andes serían la Sierra Maestra de la liberación continental. Para el Che Bolivia es un país potencialmente revolucionario que selecciona no para crear un foco guerrillero, sino todo un movimiento continental. Situado en el corazón de América del sur, con fronteras con Brasil, Perú, Chile, Argentina y Paraguay, Bolivia es el quinto país del continente en extensión territorial y tiene pocas vías de comunicación con el exterior. En el interior del país, existían sólo dos carreteras. Con más de un millón de kilómetros cuadrados, una buena parte del territorio posee un relieve accidentado, favorable a la guerra irregular. Tenía entonces alrededor de cinco millones de habitantes y la mayor densidad de población estaba entre el Altiplano y el Valle. En los años 60 América Latina estaba estremecida por la onda expansiva de la revolución cubana, victoriosa además en Bahía de Cochinos frente a Estados Unidos y, en menor medida, por la revolución cultural china. En todo el continente la consigna es lucha armada, guerrilla. Todo un conjunto de nuevos movimientos revolucionarios nacen y se refuerzan.
La revolución cubana y la guerrilla también sacudieron a los comunistas bolivianos. El Partido Comunista de Bolivia se había manifestado favorable a la guerra de guerrillas. A mediados de 1965, cuando algunos militantes jóvenes, que por entonces estudiaban en La Habana, solicitaron al dirigente del Partido Jorge Kolle Cueto autorización para seguir un entrenamiento guerrillero, éste, a la sazón segundo secretario del Partido Comunista de Bolivia, no vaciló en darles su consentimiento, al igual que el Secretario General, Mario Monje Molina, quien se comprometió con Fidel Castro para iniciar en breve plazo la lucha armada en Bolivia.
En la misma Cuba comenzó el entrenamiento de los guerrilleros bolivianos. Una vez que los jóvenes concluyeron su capacitación en el campamento guerrillero, Monje se apresuró a celebrar un pacto de sangre con ellos, consistente en pincharse la vena y dejar gotear la sangre al suelo, jurando combatir por la liberación del país hasta vencer o morir. Cuando le informaron a Monje que el mismo Che Guevara comandaría la guerrilla, exclamó: Con el Che combatiré donde quiera pudiera ser. Era falso. Primero pretendió disputarle al Che la dirección de la guerrilla; luego, al enterarse de que la lucha asumiría una proyección internacional, torció el gesto.
Los revisionistas que se habían hecho con la dirección del Partido Comunista de Bolivia traicionaron a la guerrilla. Monje había prestado su falso consentimiento a la guerrilla, entre otras razones, para frenar a la escisión maoísta que había dividido a su Partido. Cuando el Che estableció el campamento en Ñancahuazú, los ecos de la revolución cultural china habían llegado ya hasta Bolivia, y se había producido una primera escisión maoísta encabezada por Óscar Zamora, que da lugar a la creación del Partido Comunista Marxista-Leninista. Pero Zamora es una versión demagógica y caricaturesca de Monje al servicio de sus propios intereses personales, como el tiempo confirmó con posterioridad. No obstante, en esa escisión interviene un dirigente obrero de prestigio, Moisés Guevara que, a su vez, abandona a Zamora y no sólo se une al Che, sino que arrastra a un grupo de maoístas que, igual que él, también cayeron luchando valientemente en las mismas filas del Che: Casildo Condori Vargas, Raúl Quispaya Choque y Simeón Cuba Sarabia.
Entre los comunistas bolivianos se habían abierto, pues, varias brechas: por un lado los traidores revisionistas y los falsos maoístas como Zamora; por el otro, los comunistas de verdad, heroicos, firmes y entregados hasta el último aliento con el Che, dando un ejemplo de heroísmo inolvidable. Entre ellos cabe destacar a los que murieron empuñando las armas: los hermanos Inti y Coco Peredo, Freddy Maymura Hurtado, Mario Gutiérrez Ardaya, Aniceto Reinaga Gordillo, Antonio Jiménez Tardío, Liorgio Vázquez Viaña (detenido, salvajemente torturado y arrojado desde un helicóptero a la selva), Apolinar Aquino Quispe, Walter Arencibia Ayala, Francisco Huanca Flores, Benjamín Coronado Córdova, Lorgio Vaca Marchetti, Jaime Arana Campero, Julio Luis Méndez Korne, David Adriazola Veizaga y otros.
Entre los traidores que asesinaron al Che hay que contar al Secretario General del Partido Comunista, Mario Monje Molina, y a otros, como Jorge Kolle Cueto y Juan Lechín Oquendo, que era presidente de la Central Obrera Boliviana y fue recompensado por su traición con la vicepresidencia del país años más tarde. Fueron ellos los que ordenaron cortarle al Che los suministros logísticos, de alimentos y medicinas a los que se habían comprometido.
A medida que los preparativos del foco guerrillero llegaban a su fase final, un miedo acosador se apoderó del corazón de los traidores. Monje, que al principio parecía el más intrépido, comenzó a desechar los proyectos que él mismo concibió en Cuba. Envió a Coco Peredo a finales de octubre de 1966 con la misión de transmitir a Inti la orden de poner fin al entrenamiento de los guerrilleros en el campamento. Su propósito era esquivar su compromiso, abandonando a los jóvenes que habían depositado en él su confianza.
El Che penetra en Bolivia en noviembre de 1966, vía Madrid y Sao Paulo, con documentación falsa bajo el seudónimo de Adolfo Mena Gonzáles, de nacionalidad uruguaya y como supuesto enviado especial de la Organización de Estados Americanos. Junto a otros guerrilleros, partió hacia Cochabamba; de allí tomaron la carretera de Santa Cruz, hasta el desvío a Camiri.
Por otra vía, el 12 de noviembre de 1966 Inti Peredo llegó también a Cochabamba y de ahí se marchó hacia El Pincal, junto al río Ñancahuazú, donde su hermano Coco, Rodolfo Saldaña y Jorge Vázquez Viaña habían comprado un terreno vasto, boscoso y accidentado.
En aquella región del Ñancahuazú se instala el primer campamento guerrillero. El Che conoce entonces una zona muy diferente a Sierra Maestra, cuyas condiciones naturales eran desfavorables para desarrollar la lucha. A diferencia de Sierra Maestra, Ñancahuazú presenta cadenas montañosas áridas y riscosas; terrenos desprovistos de árboles frutales y escasos en fauna; ríos caudalosos y senderos que se podían vencer sólo machete en mano; climas sofocantes en verano y fríos y lluviosos en invierno. La supervivencia en esta zona del sudeste boliviano se tornaba en una verdadera odisea. Esta zona oriental es boscosa y remota. No era tampoco una zona muy apropiada desde el punto de vista de su escasa población. La proporción de población por kilómetro cuadrado es mínima, hay zonas donde tal vez la densidad es menos de uno. Sierra Maestra era una región económicamente activa, que permitió al Movimiento 26 de Julio formar una red de colaboradores entre los dirigentes del lugar. En Ñancahuazú, en cambio, aparte de existir regiones que no figuraban en los mapas oficiales, las pequeñas aldeas están poblados por campesinos sin experiencia de lucha que viven en una pobreza extrema. Sus pobladores actuarían como soplones.
De la propia lectura del Diario se desprende que Ñancahuazú sólo es para el Che una base de apoyo, no un área de combate. La guerrilla realizaría sus operaciones en un lugar distante y Ñancahuazú sería la vía de entrada de alimentos, armas, medicinas, así como para recuperar a los combatientes heridos o enfermos. Allí organizó una base de retaguardia, que sirviera como campo de adiestramiento militar, depósito de armas, medicamentos, víveres y, sobre todo, como la primera escuela de cuadros, con aulas al aire libre, donde los guerrilleros más capacitados impartieran lecciones de gramática, aritmética, historia, economía política e idiomas. El Che explicó que los cubanos no estaban en la montaña para hacer la revolución en lugar del pueblo boliviano, sino para ayudar a desencadenar la revolución.
Al tiempo que los guerrilleros se instalaban en el campamento de Ñancahuazú, Jorge Kolle Cueto comentó, como desconociendo el estallido del foco guerrillero, que se gestaba a espaldas del Partido Comunista una acción armada, dirigida por extranjeros y un núcleo de bolivianos, a pesar de haber sido él quien informó en el Congreso del Partido Comunista de Uruguay que en Bolivia se preparaba la lucha armada con proyección continental. Los revisionistas empezaban a encubrir su traición.
Cuando Monje se internó en Ñancahuazú, acompañado de Coco Peredo y Tania, a fines de diciembre de 1966, estaba muy nervioso y, dándoles la mano a los guerrilleros, les saludó fríamente. Discutió la direccion de la guerrilla con el Che; entretanto Inti, que ya estaba seguro de que el PCB no se incorporaría a la lucha, y mucho menos Monje, apuntó en su diario de campaña: Monje me pidió conversar con los compañeros bolivianos. Inmediatamente consulté con el Che para preguntarle si esto era posible. Che contestó afirmativamente. Se inició entonces una reunión dramática, tensa a veces, persuasiva en otros pasajes. A la pregunta de por qué era el desacuerdo, Monje contestó con firmeza: El mando militar es una cuestión de principios para nosotros, tan de principios que el Che no me lo quiere entregar. Por eso nuestro desacuerdo es absoluto [...] Las palabras de Monje nos indignaron -escribió Inti-, sobre todo, cuando calificó al Che de ‘extranjero’, negándole estúpidamente su calidad de revolucionario continental. Pero su vergüenza llegó al extremo cuando nos propuso desertar.
El Che, en un mensaje dirigido a Fidel Castro, evaluó su encuentro con Monje como sigue: Estanislao [Monje] planteó tres puntos para aceptar [que el PCB apoyara la guerrilla y que estuviera dirigida por el Che]: 1. Salir elegantemente de la dirección del partido. 2. Ser el jefe real del movimiento mientras éste tuviera magnitud boliviana. 3. Realizar una gira por América para convencer a los partidos de que se debe apoyar a los movimientos de liberación. Contesté que el 1 y el 3 los solucionara como le pareciera, el 2 no lo podía aceptar.
En su mensaje de 23 de enero de 1967, el Che consideraba ya a Monje como un enemigo, exactamente como al general René Barrientos Ortuño, presidente boliviano de entonces.
El sabotaje de los revisionistas dejó a la guerrilla con sólo 17 combatientes que, sin embargo, no se rindieron. La traición logró lo que no pudieron los 5.000 mercenarios de la contraguerrilla entrenados y equipados por Estados Unidos. Al presentar el diario del Che, Fidel atacó a Monje acusándole de saboteador y traidor, palabras que no sólo se referían a Monje, sino a todos quienes no cumplieron su compromiso. Tiempo después, Fidel Castro repitió sus palabras en la introducción al Diario del Che en Bolivia, donde insistía: Mario Monje, esgrimiendo el título de Secretario del Partido Comunista de Bolivia, pretendió discutir al Che la jefatura política y militar del movimiento, sin tener ninguna experiencia guerrillera ni haber librado jamás un solo combate. Pero Monje, no satisfecho del resultado, se dedicó a sabotear el movimiento, interceptando en La Paz a militantes comunistas bien entrenados que iban a unirse a la guerrilla, hecho que fue criminalmente frustrado por dirigentes incapaces, charlatanes y maniobreros.
A mediados de 1967 se presentó Loyola Guzmán al comité regional de Cochabamba con una nota de Jorge Kolle. Traía la misión de gestionar el refuerzo en hombres a Ñancahuazú. El comité regional, reunido en pleno, acogió con entusiasmo la petición y accedió a ella. Se dijo que había 20 jóvenes dispuestos a partir. Loyola regresó a La Paz, satisfecha de haber cumplido con éxito su misión. Debía en seguida enviar de allí un instructor y guía encargado de conducir al refuerzo a la montaña. Pero al día siguiente mismo llegó de La Paz la contraorden terminante del propio Kolle: el comité regional de Cochabamba no debía mandar un solo hombre a Ñancahuazú. Los camaradas que desearan ir a incorporarse a la guerrilla debían hacerlo por cuenta exclusiva, sin comprometer en lo más mínimo al Partido revisionista.

Guerrilla en el corazón de Latinoamérica

Después de perder algunos combatientes en las aguas del Río Grande, los primeros combates llegaron de manera inesperada el 23 de marzo de 1967, cuando la guerrilla aún no se había asentado. No estaba prevista la posibilidad de un enfrentamiento tan temprano, que se produce a la llegada del Che de una expedición de reconocimiento. Una vez entablado el primer combate, la guerrilla permanece en la misma zona.
El Che había enviado a Tania a contactar con Ciro Bustos, un argentino que había sido su amigo en la infancia y que había vuelto a ver en La Habana en julio de 1962. Bustos había estado ligado con la guerrilla de Ricardo Masetti.
En marzo de 1967, Tania acompaña al campamento de los guerrilleros a Ciro Roberto Bustos y al francés Régis Debray, un joven periodista francés que viajó varias veces a Cuba e hizo por encargo del Che investigaciones en la fase de preparación de la guerrilla. Ese tipo de misión no formaba parte de la actividad de Tania.
En el campamento esperan unos días a que el Che regresase de la exploración.
La impaciencia de Debray por salir de la zona de peligro fue la causa inmediata del rápido cerco a la guerrilla. Para sacar de allí a Debray y Bustos, el Che divide sus fuerzas en dos grupos, uno bajo su mando y otro a las órdenes de Vitalio Acuña Núñez, Joaquín, que se queda con algunos enfermos en la retaguardia. Esta separación, que iba a ser temporal, se prolonga porque, faltos de medios técnicos de comunicación, ambos grupos no acaban de contactar, lo que obliga al Che a moverse continuamente por esa zona en busca del resto de la unidad.
Mientras esto acontecía en Ñancahuazú, en la montaña, tropas del gobierno boliviano cercan los distritos mineros de Llalagua, Catavi y Huanuni en la noche del 23 de junio de 1967. El ejército boliviano nunca había tenido ese estilo represivo, jamás había practicado las desapariciones y otras técnicas semejantes. Las ráfagas de ametralladora, disparos de mortero y bombardeos asesinaron a 80 mineros y dejaron a más de 100 heridos.
El gobierno decreta la Ley Marcial. Dice que los dirigentes obreros apoyaban económica y militarmente a la guerrilla. Si así hubiera sido, las cosas se hubieran desarrollado de otra forma. Eran los mismos enemigos y las mismos fusiles. Pero lo cierto es que en la ciudad luchaban los mineros y en la montaña los guerrilleros, separados unos de otros. Aislados, ni los guerrilleros ni los mineros podían alcanzar sus objetivos. Fallaba el nexo imprescindible: el Partido Comunista.
La columna de Joaquín es aniquilada el 31 de agosto, pero en un principio el Che no da crédito a la noticia, hasta que la evidencia se impone. Entonces toma la determinación de abandonar la zona y dirigirse hacia el noroeste, hasta llegar a La Higuera.
Los mercenarios del gobierno seguían las huellas de los combatientes. Al salir de La Higuera, el 26 de septiembre, caen tres guerrilleros de la vanguardia en un enfrentamiento. Intentando romper el cerco, el diezmado grupo de 17 guerrilleros llega el 6 de octubre a la quebrada del Churo, a 2.280 metros de altura, donde pasaron la noche bajo un peñasco que tenía la forma de techo. En la tarde del día 7, una campesina cruzó por sus miradas vigilantes, arreando una manada de cabras. Tres guerrilleros la persiguieron hasta su casa y, al caer la noche, constataron que la anciana vivía con una hija paralítica y otra enana. Así que continuaron la marcha quebrada adentro, cruzando sitios sumamente pedregosos, que la avanzada miopía de Juan Pablo Chang, El Chino, hacía cada vez más lenta y fatigosa.
La mañana del domingo 8 de octubre, el viento soplaba helado, provocando escalofríos y entumeciendo las manos. A eso de las 8 de la mañana se escuchó el primer disparo de la compañía. A las 11 el tiroteo era ya intenso; el combate es general con fusilería, metralla y granadas. Junto con otros cinco combatientes, el Che decidió cubrir la retirada del grupo de los que estaban enfermos y, para salvarlos, atrae sobre sí el grueso del fuego enemigo. Un proyectil perfora el cañón de su fusil. A las 15 horas es herido en el antebrazo derecho y, al incorporarse, es herido de nuevo en el muslo izquierdo. Simeón Cuba, Willy, acude en su ayuda y lo arrastra hacia una colina, pero ambos, junto con El Chino, son rodeados por 164 mercenarios armados con cañones que los detienen.
Hecho prisionero, con una herida en la pierna y sin arma, fue conducido con sus dos camaradas a empujones hacia la rústica escuela de La Higuera. Lo sacan al patio para fotografiarlo, donde lo ultrajan.
La captura del guerrillero fue comunicada de inmediato al Presidente de la República, quien, malhumorado por la publicidad que había generado el proceso de Régis Debray, pidió que los generales de las tres fuerzas decidieran el futuro del guerrillero. La votación de los generales fue unánime a favor de la ejecución. Los agentes de la CIA fueron de la misma opinión. El general Alfredo Ovando Candia, a tiempo de dar órdenes a su subalterno, dijo: Liquide a los prisioneros en la forma que sea, pero liquídelos.
Al día siguiente, a primera hora, un helicóptero atestado de militares de alta graduación aterrizó en La Higuera. Andrés Selich fue el primero en interrogar al Che. El militar le aventó un golpe en la cara y el Che le escupió a los ojos. Seguidamente, los mismos autores de la masacre en las minas, subieron al helicóptero y se ausentaron hacia la sede de gobierno. Pasado el mediodía, los asesinos cumplieron las órdenes. Un cabo y un teniente entraron en el aula donde estaban el Chino y Willy. Se plantaron cerca de la puerta y apuntaron sus M-1 respectivamente. ¡De cara a la pared!, ordenó el teniente. Si usted me va a matar, quiero verlo, replicó Willy. A los pocos segundos, una descarga de fuego desplomó a los dos guerrilleros.
El coronel Zenteno Anaya, protagonista principal del Churo, transmitió las órdenes de asesinarlo. El suboficial Mario Terán, borracho, ultimó al Che: Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden -confesó-. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: ‘Usted ha venido a matarme’. Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: ‘¿Qué han dicho los otros?’ Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: ‘¡Eran unos valientes!’ Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. ‘¡Póngase sereno -me dijo- y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!’ Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.
Le cortaron las dos manos y su cuerpo fue sepultado en un lugar desconocido. Sus documentos pasaron de su mochila a un cajón de zapatos, que depositaron en la caja fuerte del Alto Mando Militar Boliviano, clasificado como secreto militar, su fusil fue a dar a manos del coronel Zenteno Anaya, su reloj Rolex a la muñeca del coronel Andrés Selich y la pipa al bolsillo del sargento Bernardino Huanca.
El gobierno cubano logró hacerse con una copia del diario del Che en Bolivia y lo publicó, desarmando las vergonzosas maquinaciones de la CIA, que había tratado de venderlo a varias editoriales (naturalmente manipulado) casi por un millón de dólares.
Hasta la fecha únicamente en territorio boliviano se han encontrado 12 restos de los 35 combatientes que murieron en 1967 en la guerrilla boliviana. La fosa del Che no fue encontrada hasta el 28 de junio de 1995 con la dentadura perfecta, con la luz de tu sonrisa, como le cantara Carlos Puebla.
Los restos exhumados fueron recibidos en Cuba con 21 salvas de cañón y desde el 17 de octubre de 1997 reposan en un mausoleo construido en la plaza que lleva su nombre en la ciudad de Santa Clara, la misma que él había tomado al asalto.

La venganza guerrillera

Un grupo de cuatro guerrilleros logran huir. Los combates continuaron en unas condiciones cada vez más difíciles. El 12 de octubre son localizados por el ejército y asesinados. Otra pequeño grupo de seis combatientes, al mando de Inti Peredo, también logró huir. Finalmente, el grupo queda en cinco, ya que uno de ellos, Ñato Méndez cae cerca de la carretera Cochabamba-Santa Cruz. Los demás logran romper el cerco y salir de la región. Son recogidos por simpatizantes y se refugian en Cochabamba. Algunos pasan a Chile pero otros se quedaron luchando en Bolivia.
Muchos de los mercenarios que se enfrentaron a la guerrilla perecieron luego ajusticiados por la Brigada Internacional Ernesto Che Guevara.
El coronel Andrés Salich fue ejecutado en 1971 por la revolucionaria germano-boliviana Mónica Erlt, cuando ocupaba el cargo de Cónsul de Bolivia en Hamburgo, Alemania.
El coronel Roberto Quintanilla, Jefe del Departamento de Inteligencia del Ministerio de Asuntos Interiores y que dirigió la liquidación de Inti Peredo y de David Darío Adriásola en La Paz, fue recompensado con el cargo de Cónsul de Bolivia en Hamburgo; hasta allí llegó la Brigada Internacional y lo ejecutó en abril de 1971.
El general Joaquín Zenteno Anaya, fue ejecutado en París el 11 de mayo de 1976; ocupaba el cargo de embajador de Bolivia en Francia desde 1973.
El general Juan José Torres, exiliado en Buenos Aires, fue allí mismo ejecutado el 2 de junio de 1976; su cadáver fue encontrado cerca de San Andrés de Gilles a un centenar de kilómetros de Buenos Aires, después de haber sido secuestrado el día anterior.
Mientras, la leyenda del Che crecía por momentos por todo el mundo. No se basaba en teorías, en papeles. Él decía: Teorizar lo hecho, estructurar y generalizar la experiencia para el aprovechamiento de otros, es nuestra tarea del momento. De la Guatemala de Jacobo Arbenz de 1954, su primera experiencia política concreta, reconoce la agresión imperialista y deduce la inevitabilidad de la lucha armada. Estas concepciones son reforzadas y precisadas por su experiencia directa en Sierra Maestra, de donde deduce que la guerra de guerrillas es la forma concreta que adoptará su estrategia de lucha armada, confirmada más adelante por el conocimiento de la revolución China y la invasión norteamericana a Santo Domingo en 1965, de donde infiere que la guerra será popular y prolongada.
Su estrategia va más allá de Argentina y de Cuba. Define el carácter continental de la revolución latinoamericana y propone, además, la organización de un frente mundial para enfrentar al imperialismo.
Su obra está estrechamente emparentada con la Mariátegui. También para el Che la revolución latinoamericana era al mismo tiempo democrática, de liberación nacional y socialista.
Siempre demostró una firmeza de principios inquebrantable; se le consideraba incorruptible y de una falta completa de egoísmo. Era capaz de privarse de cualquier cosa; fue un revolucionario de una integridad moral absoluta, de un gran espíritu de sacrificio, un verdadero revolucionario, en suma, guiado por una clara conciencia comunista.
La sangre de ningún luchador no se derrama en vano. Es la más fecunda de las semillas y por cada uno que cae se levantan cien. La epopeya de Ñanzahuazú inscribió una página señera en la historia de la humanidad. Aquella lucha sacudió la conciencia universal y movilizó a las juventudes del mundo entero. Se fortaleció la conciencia revolucionaria, se hizo más tenaz la resistencia antimperialista. Su ejemplo tuvo continuaciones heroicas en todas las latitudes. En su Mensaje a la Tricontinental el Che había dicho: Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo... En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oido receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas.
Nosotros, los comunistas españoles hemos escuchado ese mensaje y el ejemplo del Che es el espejo en el que nos miramos cada día al levantarnos. Seguimos sobre la misma senda que el Che abrió en la maleza más umbría. Él era un revolucionario de una pieza, absolutamente entregado a la causa de los oprimidos; no conocía fronteras y al enemigo combatía allá donde se encontrara. Fidel le dedicó unas palabras inolvidables:
Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡que sean como el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡queremos que se eduquen en el espíritu del Che! Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡queremos que sean como el Che!
Sí: otra mano se tendió para empuñar el arma que él tuvo que dejar. Por un momento alguien ocupó su enorme vacío, y por eso la guerrilla es invencible: siempre hay algún explotado en el mundo, algún oprimido que está dispuesto a tomar el relevo.
El Che no soportaba los llantos y las lágrimas. Toda su lucha estaba dirigida a abrir camino, a forjar un ejemplo: él exigió de nosotros que siguiéramos adelante con la lucha que él había iniciado:
Mañana, cuando yo muera
no me vengáis a llorar.
Nunca estaré bajo tierra:
¡Soy viento de libertad!
Hoy son muchos los que llevan sus pegatinas y sus emblemas, pero ¿cuántos hay dispuestos a entregar su vida por la revolución socialista siguiendo su ejemplo? Que no te quepa duda: hoy aquí en España el Che te exigiría ¡¡¡ pásate a la resistencia !!! ¿A qué esperas?
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